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El desafío de retomar la práctica en medicina tras dos años de pandemia

jueves, 31 marzo 2022 - 10:47
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Las inversiones en tecnología, laboratorios virtuales y otras readecuaciones fueron una alternativa a la que tuvieron que recurrir varias universidades del país para paliar la ausencia de prácticas en una carrera tan vital como la medicina.

Las largas jornadas de clases en aulas y laboratorios a las que María Espinoza estaba acostumbrada a tener a diario, hasta su octavo semestre de la carrera de medicina en la Universidad de Guayaquil, de repente quedaron suspendidas con la llegada de la pandemia en marzo de 2020.

Ante la emergencia sanitaria Espinoza tuvo que regresar a su natal Babahoyo, provincia de Los Ríos, para recibir por casi dos años sus clases de forma virtual, incluso aquellas materias que son consideradas esencialmente prácticas.

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Las restricciones de movilidad y de ingreso de alumnos a hospitales, sumado a las disposiciones del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional y de cada universidad, más el temor al contagio llevaron a que sus habituales análisis de casos clínicos sean resueltos a través de una computadora.

Tan solo en ciertos casos, que dependían de la disponibilidad de cada docente, unas que otras materias pudieran ser abordadas de forma voluntaria en algunos consultorios y clínicas privadas de Guayaquil.

Con el relajamiento de las restricciones, desde octubre de 2021, María Espinoza realiza su internado en un subcentro de salud, tratando de recuperar ese tiempo que tenía que haber dedicado para escuchar y examinar al paciente y junto con su profesor aprender de aquellos síntomas y signos que se conocen con la práctica.

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Para enfrentar estos desafíos, varias universidades realizaron inversiones para ejecutar sus propios planes académicos, de tal manera que sus estudiantes pudieran continuar ciertas clases de manera presencial y otras de manera virtual.

Susana Peña, decana de la Unidad Académica de Salud y Bienestar de la Universidad Católica de Cuenca, recuerda que en los períodos donde las restricciones se aminoraron permitiendo la ocupación del 50 por ciento del aforo, se elaboraron planes de contingencia para controlar la cantidad de estudiantes dentro de los laboratorios de práctica, limitando su presencia a grupos reducidos con la consecuente contratación de tutores y docentes para facilitar el proceso de fragmentación de cursos generales.

Además del mejoramiento de plataformas tecnológicas, la universidad adecentó la infraestructura acorde a la necesidad de control de distanciamiento y ventilación de espacios interiores. Incrementó las aulas docentes y laboratorios con su respectivo equipamiento, amplió sanitarios e instaló lavamanos, entre otras inversiones que bordearon los dos millones de dólares.

Luego, con las últimas disposiciones que permiten la presencialidad al cien por ciento, Susana Peña comenta que las expectativas de los estudiantes se incrementaron ya que de manera optimista ansiaban retomar sus clases presenciales, esto también brindó a la academia la posibilidad de utilizar todos los recursos que se encuentran disponibles para su formación profesional.

Con esta disposición, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), motivó a sus estudiantes de las carreras del campo de la salud para que asistan de manera voluntaria a sus clases, en su campus de Samborondón. La finalidad: retomar las actividades de docencia y práctico-experimental en las áreas de simulación y en los diferentes laboratorios de esta área, los mismos que cuentan con equipos tecnológicos en beneficio del desarrollo de sus competencias profesionales.

Durante la pandemia, la UEES invirtió en capacitación docente y equipamiento tecnológico, adecuando sus aulas con pizarras digitales, cámaras con audio y video, para desarrollar las clases en ambientes híbridos, sincronizando las aulas presenciales y virtuales.

Asimismo, invirtió en programas tecnológicos de bioquímica, anatomía, entre otros, para realizar las prácticas y tutorías de los estudiantes de las unidades básicas de la carrera de medicina y, en aplicaciones tecnológicas y casos virtuales para el manejo y resolución de éstos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las unidades disciplinares y multidisciplinares de las carreras del campo de la salud.

Para los estudiantes de niveles superiores de la carrera de medicina, la universidad diseñó y ejecutó talleres prácticos y con equipos de simulación médica, realizados de manera presencial, para fortalecer las competencias en áreas de pediatría, ginecología, anestesiología, cirugía general, traumatología, cuidados críticos, y otros, previo a su ingreso al internado rotativo o rural.

$!La carrera de medicina de la Universidad UTE cuenta con dos tipos de prácticas, las preclínicas o prácticas de laboratorio y las clínicas o prácticas con pacientes.

RETOMANDO LAS PRÁCTICAS

Jemyna Pérez, subdecana de la Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo, de la Universidad UTE comenta que aunque durante el 2021 muchas de las prácticas de laboratorio de la carrera de medicina fueron reprogramadas para realizarse en los hospitales durante el año de internado de sus futuros médicos, en la actualidad éstas ya se desarrollan con normalidad.

Lo mismo ocurre con las prácticas clínicas que se llevan a cabo durante los dos últimos niveles de la carrera y que corresponden al internado rotativo que se realiza en los hospitales a cargo del Ministerio de Salud. Para recibir a sus alumnos, la UTE modificó la distribución de espacios de sus aulas y elaboró un plan de contingencia durante la emergencia sanitaria.

Algunas prácticas también pudieron ser ejecutadas de forma virtual gracias a la ayuda de plataformas didácticas en línea y tras el retorno a clases sus autoridades priorizaron a los estudiantes de niveles superiores de esta carrera para que puedan ejecutar las horas de prácticas pendientes.

*Lea este y otros temas universitarios en el suplemento Estudios Superiores. Ya en circulación junto a Revista Vistazo.

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