Así ADN, la bancada de Daniel Noboa, consolidó su hegemonía en la Asamblea Nacional, el correísmo quedó aislado
ADN no solo se quedó con la Presidencia y la Vicepresidencia sino que ocupa, con sus aliados todos los puestos clave. Aunque las alianzas parecen ‘pegadas con babas’.
[¡Estamos en WhatsApp! 📲 Empieza a seguirnos ahora🚀]Durante una década el correísmo fue el gobierno que controlaba todos los poderes del Estado. La Asamblea era funcional a Rafael Correa. Cuando Lenín Moreno llegó al poder y rompió con la Revolución Ciudadana, el correísmo se volvió oposición. Fue la fuerza más grande en el Legislativo al punto de acorralar al expresidente Lasso a decretar la muerte cruzada.
Ahora el correísmo quedó prácticamente bloqueado. Acción Democrática Nacional (ADN), el movimiento del presidente Daniel Noboa, consolidó una hegemonía en la Asamblea al liderar los principales cargos y comisiones. Mientras tanto, la Revolución Ciudadana, quedó relegada.
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Tanto la banca oficialista como el correísmo llegaron con casi igual número de integrantes, 66 y 67 respectivamente. Sin embargo, el correísmo perdió a Mónica Salazar y ADN sumó aliados. Las negociaciones previas del Gobierno dieron sus frutos y logró armar una mayoría de entre 77 a 80 votos, con los cuales se apoderó de la legislatura.
Como estaba planeado por el oficialismo, previo a la sesión inaugural, Niels Olsen, empresario ganadero y turístico y exministro, se convirtió en el presidente de la Asamblea con 80 votos.
En su discurso, habló de “construir y no dividir” e incluso pidió disculpas a los ecuatorianos por las actuaciones de los anteriores Parlamentos. A la oposición le solicitó pensar “en algo más grande que nuestras diferencias”.
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No obstante, este discurso no convenció a los integrantes de la Revolución Ciudadana, que criticaron el hecho de que no les hayan permitido el uso de la palabra. Ni siquiera pudieron mocionar a uno de los suyos para los cargos directivos. De hecho, el movimiento correísta votó en contra de todas las mociones de ADN o no se registraron para el proceso.
ADN no solo se quedó con la Presidencia y la Vicepresidencia, que recayó en la riobambeña, Mishel Mancheno, sino que ocupa, con sus aliados todos los puestos clave. Aunque las alianzas parecen ‘pegadas con babas’.
¿TAMBALEÓ EL ACUERDO?
En la elección de la segunda Vicepresidencia las negociaciones fueron más complicadas porque dos mociones no alcanzaron los votos, a tal punto que Olsen suspendió la reunión. Al regresar, se hizo una reconsideración y Carmen Tiupul, de Pachakutik y ahora aliada del Gobierno, logró el puesto, con solo 78 votos, lo que daba cuenta de la fragilidad de la alianza.
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Luego, siguió la elección de los miembros del Consejo de Administración Legislativa (CAL), uno de los órganos más importantes, ya que desde ahí se establece la prioridad del tratamiento de las leyes y se califican los pedidos de juicio político, entre otras funciones.
En este punto, la estrategia del Gobierno volvió a tambalear. Olsen tuvo que parar la sesión porque no había consenso para el segundo y tercer vocal.
Las cuatro vocalías del CAL quedaron así: Sade Fritschi (ADN), Samuel Celleri (PSC, que al parecer se separó de su bloque y se unió a ADN), Mónica Salazar (exintegrante de la RC que se unió ahora a ADN) y Steven Ordoñez (Independiente que se alió con ADN). Con esto, el CAL quedó conformado por el presidente, las dos vicepresidentas y los cuatro vocales, todos de ADN o aliados.
En torno a estos dos últimos hubo polémica. En la elección de Celleri, sus propios compañeros socialcristianos no votaron por él, ya que se rumoraba que Alfredo Serrano quería esa vocalía. Más tarde Roberta Zambrano, prefecta de Esmeraldas, reprochó a los miembros del partido por haber “ninguneado” a Celleri.
Mientras que la Revolución Ciudadana gritó en contra de Mónica Salazar cuando integró una comisión para verificar la documentación de los legisladores, antes de que iniciara la primera sesión de la Asamblea. Calificaron su actitud como “vergonzosa”. “La deuda de casi un millón de dólares que mantiene con la CFN parece haber encontrado una salida ‘política’”, manifestó el correísmo en un comunicado.
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LA ESTOCADA FINAL PARA EL CORREÍSMO
El oficialismo logró la hegemonía total con la conformación de las 15 comisiones de la Asamblea. Antes de la sesión del pasado viernes, varios asambleístas de la Revolución Ciudadana y del Partido Social Cristiano (PSC) advirtieron que la bancada de ADN no socializó la lista de las mesas legislativas como acostumbraban hacer anteriores administraciones. “Hemos recibido un maltrato”, criticó el socialcristiano Alfredo Serrano.
Ya en la reunión, el asambleísta Ferdinan Álvarez (ADN) presentó la moción con la asignación de las comisiones para cada legislador. La propuesta consiguió 78 votos afirmativos, con lo cual el Gobierno consolidó su poder.
De las 15 mesas, el oficialismo encabezará 12, incluidas las más importantes como Fiscalización, Seguridad, Relaciones Internacionales, Justicia y Desarrollo Económico. Más la Comisión de Educación que la encabeza Cecilia Baltazar, de Pachakutik, pero aliada de ADN. Es decir, el oficialismo controlará 13 comisiones.
Mientras la Revolución Ciudadana solo controlará dos comisiones: Garantías Constitucionales y Protección Integral a Niñas, Niños y Adolescentes.
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EL KARMA DEL CORREÍSMO
Por su parte, el correísmo se quedó aislado en la repartición de los espacios de poder de la Asamblea, tras varios años de dominar esta institución. En el periodo del 2013-2017, por ejemplo, acaparó la presidencia y vicepresidencias con Gabriela Rivadeneira, Rosana Alvarado y Marcela Aguiñaga.
Igualmente, el movimiento liderado por Rafael Correa ha tenido una fuerte presencia en el CAL y la comisión de Fiscalización, desde donde impulsaron un juicio político contra Guillermo Lasso que al final no se concretó porque el exmandatario disolvió el parlamento.
Ahora la historia es distinta. La RC no tiene a nadie en la Presidencia, Vicepresidencias y Consejo de Administración Legislativa (CAL). La estrategia de crear a último momento una tercera bancada, denominada ‘Bancada de la Gente’ no prosperó porque los integrantes pertenecían a la misma organización política. Con ello, aparentemente querían captar más espacios de poder, pero sus deseos quedaron truncados.
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El propio movimiento de ADN mocionó a Sergio Jesús Peña, de la RC, como segundo vocal del CAL, pero los correístas no se registraron para la votación, así que quedó descartado.
La repartición de las comisiones fue otra derrota para la bancada opositora. Figuras populares como Ricardo Patiño, Viviana Veloz, Mónica Palacios, Paola Cabezas, Raúl Chávez y Mireya Pazmmiño quedaron en la mesa para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Esa y la mesa de Garantías Constitucionales, Derechos Humanos, Derechos Colectivos e Interculturalidad son las únicas donde tienen amplia mayoría.
Pamela Aguirre, en cambio, pasó de la Comisión de Fiscalización a la de Biodiversidad. Mientras que la presidenta de esta mesa será Camila León, de ADN, una joven relativamente nueva en política en comparación a la legisladora de la RC.
En Fiscalización, quedaron cuatro correísta: Fricson George, Janeth Bustos, Nakin Saant y Ana Herrera. Minoría frente a ADN, que tiene en la presidencia de este grupo a Ferdinan Álvarez, excorreísta y ahora ADN.
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Otra novedad es que las legisladoras Ana María Raffo y Ana Belén Yela estarán juntas en la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología, Innovación y Saberes Ancestrales.
Las dos no mantienen una buena relación, ya que Yela aseguró que Raffo habría cobrado diezmos a su asesor en un audio filtrado del caso Ligados. Raffo ha negado la declaración e interpuso una denuncia contra su compañera.
En definitiva, al correísmo le llueve sobre mojado y habrá que esperar a ver qué estrategia toma para lograr algún tipo de visibilidad, aunque parecería que es una lucha cuesta arriba ante la aplanadora oficialista.
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