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Detenidas 3 personas de una secta que se vendía como grupo de autoayuda

viernes, 9 abril 2021 - 05:04
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Un hombre de 66 años y sus dos mujeres de 50 y 43 años fueron detenidas el municipio de La Pobla de Lillet, en Barcelona, España, por denuncias de asociación ilícita, abusos sexuales y manipulación psicológica grupal.

En septiembre de 2020 la Policía de Cataluña recibió informes de personas que habrían sido víctimas de abusos psicológicos y sexuales por parte de un grupo que se proclamaba como de crecimiento personal y psicoterapia.

El líder de este grupo, un hombre de 66 años, se denominaba a sí mismo 'maestro iluminado'. Tras pasar a disposición judicial, las tres personas detenidas quedaron en libertad con cargos. También se investiga a una tercera mujer por su presunta participación en los hechos.

EL LLAMADO
Aparentemente este grupo captaba miembros mediante el boca a boca, a través de una persona dedicada exclusivamente a esta función. Cuando detectaba que alguien estaba pasando por un momento vulnerable, como una ruptura sentimental o se sentía solo por una mudanza, hablaba de su 'maestro' y comenzaba a introducirles al grupo.

Esta secta ofrecía sesiones individuales y grupales pagadas en un domicilio de Barcelona. Pasaban horas o hasta fines de semana completos en sesiones encaminadas al cansancio físico y a la privación de la alimentación y el sueño.

En algunas de las sesiones también realizaban actividades de carácter erótico y sexual, con el supuesto fin de superar las resistencias internas, traumas o complejos.

Además, se provocaba un debilitamiento psicofísico de las víctimas para someterlas a la voluntad del líder, quien fomentaba el distanciamiento del entorno del “paciente” y el sentimiento de pertenencia al nuevo grupo.

EL LÍDER
No se ha revelado el nombre real del 'maestro iluminado', pero se sabe que esta persona se atribuía conocimientos y capacidades para ayudar a los demás a crecer espiritual y emocionalmente.

Se ganaba su confianza y obtenía información de la víctima que podría utilizar después para manipularla psicológicamente. El hombre, asimismo, utilizaba el dinero del pago que recibía por las sesiones para sobrevivir.

Muchas veces el líder hacía pruebas a los miembros del grupo durante las sesiones, en donde se tomaba un contenido sexual que iba incrementando a medida que iba venciendo los límites de sus seguidores. Cuando se incumplían sus normas imponía castigos y humillaciones.

Estas prácticas llegaron al extremo de cometer abusos sexuales, así como de someter a diferentes tipos de vejaciones a personas que habrían pasado alrededor de una década en el grupo.

Entre los hechos denunciados se incluye el intento de modificar la orientación sexual de alguna de las víctimas, lo que se podría considerar como una práctica homofóbica.
 

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