Elecciones Ecuador 2025

Debate presidencial 2025 | Tensión y confrontaciones en 8 minutos sobre seguridad, Estado y empleo: este es el balance

Cada candidato tuvo ocho minutos para exponer su visión sobre tres temas: seguridad, funcionamiento del Estado y empleo; responder a las interpelaciones de los otros candidatos y pedir el voto. Poco tiempo para que sepamos qué proponen y cómo van a hacerlo. No obstante, hubo algunos golpes bajos en el ring, aunque nadie quedó KO.

lunes, 20 enero 2025 - 15:50
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Durante tres horas pudimos seguir el debate presidencial, donde los 16 candidatos tuvieron la posibilidad de hablar cada uno: 4.5 minutos para sus respuestas a tres de los ejes temáticos; 3 minutos para responder a las interpelaciones hechas por los candidatos y 50 segundos para su presentación y conclusión. Es decir, pudimos escucharlos a cada uno por ocho minutos.

Por esta razón difícilmente podemos llegar a establecer qué proponen y cómo lo van a ejecutar. Tampoco hubo la posibilidad de que se contesten algunas preguntas válidas, lo que inclusive facilitó que se hagan acusaciones sin respaldo.

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No obstante, las deficiencias estructurales del formato, los candidatos hicieron un esfuerzo por conectar con las bases que los respaldan, aunque no con el gran electorado.

En el primer grupo, fue evidente que todos quisieron sacar provecho atacando al presidente Daniel Noboa, quien no se inmutó, ni siquiera cuando el candidato Henry Cucalón perdió su buen talante y le espetó: “Eres o te haces”. Tampoco lo hizo cuando el candidato Enrique Tillería insistía en decirle Rafael Noboa o con los ataques recurrentes de Jorge Escala, a quien le respondió que seguía perdido en el pasado. Su conclusión fue la más clara: pidió votar por la lista 7 para asegurarse que los políticos del viejo país terminen en el basurero. Por su aplomo, fue el ganador de este primer grupo.

En el grupo también destacó Henry Kronfle, quien explicó con claridad su propuesta económica y además dejó en blanco y negro que el gobierno de Rafael Correa era corrupto y que lo extraditaría desde Bélgica. Recordó que el Correísmo insistirá en confiscar los ingresos individuales a través de impuestos al patrimonio y a la herencia. Sostuvo que el impuesto a la herencia no se aprobó durante el régimen de Correa porque él fue el autor de la campaña: “Mi dinero es para mis hijos”. Dicha campaña fue cierta, pero la frase fue creada por el exministro de Finanzas Pablo Arosemena, entonces presidente de la Cámara de Industrias.

En este grupo de candidatos una de las propuestas radicales la hizo Felipe Tillería, un migrante ecuatoriano, que es concejal de un condado en Londres y que propone entregarnos acciones de Petroecuador. Tillería también cree en la necesidad de convocar una nueva Constituyente, porque la carta actual ha fracasado. Él dijo ha venido a “resetear” la política y el país. Ni Cueva ni Tabacci hicieron aportes significativos.

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La segunda tanda de candidatos ofreció mayor dinámica. En el pelotón hay que destacar a Andrea González Nader, quien virtualmente acorraló a Luisa González tanto en el área de seguridad como en el manejo de los recursos naturales.

En seguridad sostuvo que, el correísmo cedió a los narcos nuestras rutas marítimas costeras. Explicó también con claridad, por ejemplo, que la obra emblemática de la administración de Correa: Coca Codo Sinclair, se “tragó la cascada San Rafael”. Ella fue la ganadora en este grupo, donde también estuvieron claros en sus propuestas Carlos Rabascal y Jimmy Jairala.

Ambos representan una tercera vía que busca descentralizar las competencias administrativas a través de mancomunidades en el caso de Rabascal y de Jairala con reformas educativas que permitan mejorar el empleo.

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Pedro Granja lució bien, aunque no desarrolló sus propuestas, tal vez porque dijo que el debate no era tal sino una caricatura. Granja tuvo la fortuna de que le toque interpelar de manera consecutiva a Luisa González en insistirle en una pregunta que ella evadió sobre el tráfico de drogas detectado en el envío de piezas arqueológicas desde la Cancillería a Italia.

Ni Iza ni Luisa González sorprendieron. Un discurso con misma fórmula: estructuras caducas para un Ecuador que necesita sintonizar con un mundo donde la inteligencia artificial es parte del presente.

Luisa, además, demostró intolerancia y molesta con el candidato de SUMA Enrique Gómez, quien dijo que ni un cartón ni un ladrón, a una pregunta le respondió: “¿Cuál es tu nombre?”. Utilizó como gesto estudiado el quitarse y ponerse los lentes. Más segura que en los debates de la elección anterior, pero vulnerable todavía.

La nota pintoresca en el grupo estuvo en el exgeneral Víctor Araúz, quien vestido con un traje similar al que usa Nayib Bukele, aseguró que los delincuentes estarán en la cárcel o en el cementerio. Habló de instaurar la pena de muerte, luego de un diálogo en la región.

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Iván Saquicela, expresidente de la Corte Nacional, no la tuvo fácil. Luisa González lo acusó de haber dejado libre a Rasquiña, diciéndole que era un juez corrupto. Por el formato Saquicela, quien sentenció a Glas y Rafael Correa, no pudo contestar la acusación. Una investigación de Vistazo y Código Vidrio y la plataforma Connectas estableció que quien lo liberó fue el juez José Tamayo.

En definitiva, resulta imposible debatir -indistintamente del formato-cuando hay un pelotón de 16 personas.

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