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Piernas cruzadas al sentarse: lo que revela el lenguaje corporal según la psicología

Desde inseguridad hasta autoridad: la forma de cruzar las piernas podría reflejar emociones y actitudes, de acuerdo con expertos en comunicación no verbal.

Sentarse puede parecer un acto cotidiano, pero la manera en que se colocan las piernas transmite señales claras sobre el estado emocional y la predisposición social. La postura revela muchos mensajes, desde inseguridad hasta control, que según psicólogos y analistas del lenguaje corporal, reflejan tanto estados internos como hábitos aprendidos culturalmente.

Bajo el lente de la psicología, incluso el cruce de piernas aparentemente inocente puede leerse como una barrera sutil. Cruzar los tobillos (cuando las piernas se mantienen rectas y juntas) suele indicar una protección inconsciente, una forma de resguardar lo íntimo frente al entorno.

Levantar una pierna sobre la otra en altura de rodillas añade otra capa interpretativa: si la postura es rígida, se apunta a nerviosismo o un deseo de aparentar control. Pero si la pierna superior se mueve con suavidad, el mensaje cambia por completo: comodidad mezclada con reserva.

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Aunque estas posturas pueden darse sin intención consciente, sus significados se matizan por el contexto. Convertirse en una barrera invisible frente a otros, mostrarse encogido o erguirse con las piernas cruzadas puede cambiar totalmente la percepción que los demás tienen de nosotros.

Además, un análisis más amplio del lenguaje corporal señala que otros movimientos, como balanceos o inclinaciones de suave naturaleza, complementan la narrativa corporal que emitimos, ayudando a interpretar mejor emociones y actitudes.

Algunos especialistas han explorado cómo la posición de los pies y las piernas puede reiterar si una persona se siente cómoda, comprometida o desconectada. Aunque es común observar el rostro y las manos, los pies son una fuente fiable de información sobre las emociones reales, ya que a menudo actúan sin deliberación consciente.

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Un aporte reciente de medios como “20 minutos” compila interpretaciones comunes de la postura con las piernas cruzadas:

  • Los tobillos cruzados pueden constituirun “muro psicológico” que apunta a incomodidad o protección frente a otros. También, en ciertos contextos, sugieren autoridad o control.
  • Cruzar las piernas por las rodillas puede ser señal de cierre emocional: el cuerpo bloquea el acceso a ideas o sentimientos íntimos.
  • La rigidez al sentarse con las piernas cruzadas puede denotar inseguridad; en cambio, si se mueve la pierna superior, se evidencia comodidad y reserva.
  • Los tobillos cruzados también pueden transmitir una sensación de autoridad y dominio del espacio.
  • En momentos de concentración, durante una conferencia, por ejemplo, cruzar las piernas puede reflejar enfoque relajado y comodidad.
  • Las posturas no son meramente físicas, sino ventanas simbólicas a cómo las personas se sitúan en el mundo y qué pretenden proyectar.

    Además, los especialistas subrayan que estas formas de sentarse no obedecen únicamente al estado emocional, sino también a normas culturales internalizadas. Por ejemplo, los hombres frecuentemente adoptan una postura más abierta (como cruzar los tobillos o sentarse con las piernas separadas) para transmitir dominio, mientras que las mujeres tienden a cerrar sus piernas con más frecuencia, en un gesto de recato o respeto, aunque tales patrones no son absolutos y dependen del contexto individual.

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    Cruzar las piernas, sea a la altura de los tobillos, de las rodillas o con suavidad mecánica, habla sin palabras. Pueden comunicar nervios, control, comodidad, concentración, y también de la historia cultural.

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