Barré e indoor cycling, entre lo nuevo del mundo fitness
Son las disciplinas que están transformando el fitness y aportando a la vida emocional de muchas personas alrededor del mundo. ¿En qué consisten y cuáles son sus principales beneficios? Te lo contamos aquí.
En una sociedad cada vez más acelerada, las nuevas opciones de entrenamiento físico no solo buscan lograr una figura ‘perfecta’, sino reconectar la mente, el corazón y el cuerpo. Dos métodos que están ganando terreno rápidamente en los estudios de fitness y en el bienestar emocional de las personas son el indoor cycling y el barré. Aunque son muy distintas en la práctica, ambas comparten un mismo objetivo: ayudarte a construir una vida más feliz, más fuerte y más consciente de ti misma.
Para entender mejor de qué se tratan estas dos disciplinas, conversamos con parte del staff de entrenadoras de Síclo en Ecuador, ubicado en Batán Town Center, en la vía a Samborondón, el exitoso estudio de indoor cycling que cuenta con decenas de sedes alrededor del mundo.
Indoor cycling: energía, resistencia y fiesta
Si hay un espacio donde el cardio se transforma en una experiencia multisensorial, ese es el estudio de indoor cycling. Con luces, música y una atmósfera que parece más una fiesta que un gimnasio, esta disciplina está cambiando la forma en que entendemos el ejercicio.
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“Al cruzar la puerta y entrar al estudio, inician 45 minutos donde te desconectas de todo”, asegura Karime Auad, coach de indoor cycling en Síclo Ecuador. Y esa desconexión no es pasiva. Es una invitación a reconectarte contigo misma, a desafiar tus límites físicos, pero, sobre todo, emocionales.
Montadas en bicicletas, las participantes pedalean al ritmo de canciones vibrantes mientras trabajan fuerza, resistencia, cardio y estabilidad. A esto se le suma el uso de pesas, lo que convierte al indoor cycling en un entrenamiento completo. Ivanna Coral, también coach de Síclo, lo resume así: “Aquí no estás pensando en cuántas repeticiones vas, o qué harás después, sino que el enfoque está en darlo todo, disfrutarlo, mientras tu cuerpo trabaja diferentes músculos”.
Uno de los pilares más poderosos del indoor cycling es la música. Cada playlist está pensada para marcar el ritmo de los movimientos y crear una atmósfera emocional que eleva el espíritu y contagia energía. “Va mucho más allá de mover el cuerpo, se trata de moverlo en sintonía”, explica Karime.
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Aunque muchos lo ven como un ejercicio solo para mujeres y para jóvenes, las entrenadoras desmienten estos mitos: “Tenemos personas de más de 70 años que vienen a ejercitarse, o niños que después de las clases llegan a descargar toda esa energía”, comenta Ivanna. La bicicleta, afirman, es para todos, y el entrenamiento puede adaptarse según las necesidades y condiciones físicas de cada quien.
Agregan que la seguridad es clave. Ante cualquier molestia o condición médica, las entrenadoras recomiendan una revisión previa con especialistas. “Lo más importante siempre es recordar que cada cuerpo es distinto. Si tienes que sentarte, descansar y volver a subir a la bicicleta, es completamente válido”, recalcan.
Barré: fuerza y conexión interior
Ballet, yoga y pilates se encuentran en una misma sala para darle vida al barré, una disciplina que mezcla la fuerza con la elegancia, el control con la pasión, y que poco a poco ha dejado de ser una novedad para convertirse en una herramienta integral de bienestar.
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“Durante la clase te mueves al ritmo de la música, tratas de hacer la menor cantidad de pausas posibles, demuestras tu fuerza, tu dedicación y tu pasión por lo que quieres lograr contigo misma”, explica María Paula Jurado, coach de barré. Y es que, más allá de la activación muscular, esta disciplina se vive como un momento de transformación personal.
A diferencia de lo que muchos piensan, no es necesario tener experiencia en danza clásica ni en ninguna de las prácticas que la componen. Andrea Roditti, también entrenadora, lo deja claro: “No tienes que tener experiencia en ninguna de esas tres disciplinas, porque aquí lo aprendes desde cero”.
Físicamente, el barré es un trabajo de cuerpo completo: se activan brazos, abdomen, piernas “e incluso músculos que muchas alumnas no sabían que tenían”. Se combinan secuencias de cardio con ejercicios de fuerza y equilibrio, todo acompañado por una playlist especialmente diseñada para mantener la energía y la concentración durante la sesión. “Pilates y yoga son movimientos más lentos. Nosotros al combinarlos con las canciones, hacemos que todo se vuelva mucho más dinámico, más rápido”, explican.
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Una clase estándar dura 55 minutos. Se inicia con una presentación grupal y calentamiento, seguido del trabajo con la barra para cardio y brazos, ejercicios en el suelo y una relajación final con estiramiento y reflexión. Ese cierre es uno de los momentos más especiales para las coaches, ya que, como cuenta Andrea: “Es muy gratificante ver cómo las alumnas realmente disfrutan la clase, aplauden, agradecen, cuentan cómo se sintieron y eso es algo que te llena”.
El bienestar emocional también es protagonista: el barré invita a “desconectarte de todos tus problemas, para conectarte contigo misma”, afirman sus entrenadoras. Esa pausa del mundo exterior permite una sintonía interior que no solo se refleja en el cuerpo, sino en el ánimo, en la autoestima y en la claridad mental.
Aunque muchos aún creen que se trata simplemente de ballet o de una práctica lenta y sencilla, lo cierto es que es una de las disciplinas más exigentes del fitness actual. “Hemos tenido estudiantes que entrenan otras disciplinas fuertes en resistencia y cardio que nos dicen que el barré es mucho más demandante”, cuentan las entrenadoras.
Disciplina, bienestar y felicidad: el denominador común
Tanto en el barré como en el indoor cycling, el entrenamiento va más allá del cuerpo. Son espacios donde se construye confianza, donde se libera el estrés, y donde la música, el movimiento y la comunidad generan bienestar integral. Ambas disciplinas comparten tres elementos que las hacen tan efectivas como transformadoras: constancia, buena alimentación y descanso de calidad.
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Además, son prácticas que fomentan una relación sana con el ejercicio: libre de culpas, de comparaciones o de imposiciones externas. Lo importante es ser conscientes del proceso, abrazar la mejora personal y disfrutar el camino.
Si estás buscando una forma de ejercitarte que te haga sentir fuerte y motivada, quizás ha llegado el momento de probar alguna de estas disciplinas. Como dicen entusiasmadas las coaches de barré: “El mejor consejo para quienes nunca lo han intentado es que lo hagan. Este es un entrenamiento divertido, que ayuda mucho a desconectar del estrés diario y reduce los niveles de cortisol. Y como recuerdan en cada clase de indoor cycling: “El primer paso y más importante es que tomes la decisión de ir, el resto es ir poco a poco”.
