<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">
Internacional

¿Por qué cayó en Kazajistán un avión que iba a Rusia con 67 personas?

Al día siguiente del accidente, que dejó aproximadamente 30 fallecidos, varias fuentes azeríes y ucranianas afirmaron que habría sido un misil ruso el que causó el desastre.

    
viernes, 27 diciembre 2024 - 15:38
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Todo apunta a que un misil ruso que iba dirigido a drones ucranianos explotó junto a un avión de Azerbaiyán Airlines que, herido de muerte, siguió volando casi dos horas más hasta caer a tierra cuando intentaba un aterrizaje de emergencia. Los pilotos, desafiando a la gravedad y a la aerodinámica, lograron salvar a 32 de las 67 almas a bordo.

Lea también | Tensión entre Argentina y Rusia por diplomáticos que se negaron a someterse a una prueba de alcoholemia en Buenos Aires

“La parte delantera del avión estaba en llamas. Rescatamos a los supervivientes. Sus cuerpos estaban cubiertos de sangre. Lloraban. Todo el mundo pedía ayuda”, dijo Elmira, una voluntaria que acudió presurosa a brindar ayuda y cuyo testimonio fue publicado por el diario chileno La Tercera.

“Se podría ver a los pasajeros ensangrentados y con hematomas tambaleándose sobre un trozo del fuselaje que había quedado intacto”, aseguró un relato recogido por el periódico inglés The Guardian. De esos restos, “salió una niñita, me miró y me dijo: ¡salva a mi mamá, mi mamá todavía está allí, por favor, sálvenla, sálvenla!”, añadió la voluntaria.

$!El personal de tierra y los médicos del aeropuerto ayudan a los ciudadanos azerbaiyanos que sobrevivieron al accidente del Embraer 190 de Aerolíneas de Azerbaiyán.

El día de Navidad, un avión de Azerbaiyán Airlines cayó a tres kilómetros del aeropuerto de Aktau, una localidad petrolera de Kazajistán, en la costa Este del mar Caspio. A bordo iban 67 personas. La aeronave era un Embraer 190 de fabricación brasileña, construido en 2013. Fue el segundo peor accidente ocurrido a este tipo de aeronaves. El más grave ocurrió en China, en 2010, también en la fase de aproximación a un aeropuerto. Afortunadamente, esta vez sobrevivieron 32 personas, aunque muchas de ellas se encuentran en situación de extrema gravedad.

“Todo fue derribado”

El vuelo empezó a las 07h55 del 25 de diciembre en Bakú, la capital de Azerbaiyán, una ciudad patrimonio cultural de la humanidad, de 2,6 millones de habitantes. El destino era Grozni, la capital de Chechenia, una de las áreas petrolíferas más ricas de Rusia. La duración programada del vuelo era de una hora con 25 minutos.

A los 13 minutos de vuelo, la aeronave alcanzó su altura de crucero de 30 mil pies en dirección noroeste. Según los registros de la aplicación Flightradar24 el vuelo continuó tranquilo y nivelado hasta la media hora de navegación. En ese momento estaba ingresando al espacio aéreo de Chechenia. Allí se perdió durante 12 minutos la señal del transpondedor, un instrumento electrónico y automático que permite rastrear el movimiento de cualquier avión comercial en los cielos del planeta.

Cuando reapareció en los radares, la nave había perdido 16 mil pies, es decir que estaba unos 4.800 metros más abajo. También había cambiado de rumbo dirigiéndose en sentido contrario al que llevaba y había perdido bastante de su velocidad. El mismo transpondedor mostraba el código 7700 usado para alertar de una emergencia a bordo. Posteriormente se conoció que los pilotos reportaron que tenían serias dificultades para controlar la aeronave.

A esas mismas horas, los habitantes de Grozni filmaron y reportaron la presencia de drones ucranianos que eran interceptados en pleno vuelo por misiles tierra-aire rusos. El secretario del Consejo de Seguridad de Chechenia, Jamzat Kadirov, publicó esa mañana un video de cómo las defensas antiaéreas habían actuado en contra de drones supuestamente ucranianos: “Todo fue derribado”, afirmó jubiloso en su cuenta de Instagram. Algunos de los medios de comunicación de Grozni también reportaron que se escucharon varias explosiones en los alrededores de la ciudad.

$!Fotografía del sistema de misiles cuyos proyectiles habrían impactado a la aeronave.

Desde el fin de las guerras separatistas chechenas a fines del siglo XX, Ramzat Kadirov, un gobernante que es percibido como leal al presidente ruso Vladimir Putin, ha consolidado su poder en esa jurisdicción. Kadirov, quien asumió el poder a la muerte de su padre en 2007, ha implantado un control fuerte sobre la región, es acusado de violaciones de derechos humanos y, además, promueve una creciente islamización.

Tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania, en febrero de 2022, en esa región se desplegaron modernos sistemas de defensa antiaérea rusos conocidos como Pantsir-S que traducido al español significa armadura o caparazón. Son misiles de medio y corto alcance que pueden ser disparados desde cañones instalados sobre vehículos de orugas.

110 minutos de terror

Al día siguiente del accidente, varias fuentes azeríes y ucranianas afirmaron que habría sido un misil ruso el que causó el desastre. En la investigación oficial estarán involucrados al menos cuatro países: Azerbaiyán, país de origen de la aerolínea; Rusia, país de destino del vuelo; Kazajistán, territorio sobre el que se desplomó el avión y; Brasil, fabricante del Embraer 190. Un informe final no se espera en menos de doce meses.

Los que sí se pueden reconstruir, son los últimos 110 minutos del fatídico vuelo. Por videos subidos por algunos de los sobrevivientes se conocieron detalles importantes para entender la tragedia. Uno de ellos muestra que se habían desplegado las máscaras de oxígeno ubicadas debajo de los portaequipajes, en el techo del avión. En otras imágenes se aprecian orificios en las paredes de la aeronave. Estos daños son consistentes con las versiones de que el aparato fue víctima de las esquirlas o “metralla” de un misil tierra-aire del modelo 57E6 que tienen un alcance de hasta 20 kilómetros para objetivos aerodinámicos.

Desde el momento en que el avión fue impactado, las 67 personas a bordo, incluidos pilotos y sobrecargos, fueron conscientes de que empezaban así sus muy probables últimos minutos de vida. Lo primero que hicieron el comandante y el primer oficial de la nave fue bajar lo más rápido posible a una altitud en la que el aire exterior sea respirable para el ser humano, esto debido a la despresurización violenta que sufrieron como consecuencia del impacto de la metralla.

En ese momento también comprobaron que habían sido afectados los tres sistemas hidráulicos cuyo funcionamiento óptimo es necesario para el control de los estabilizadores ubicados en la cola de la nave. Estos estabilizadores son dos, uno vertical que facilita los giros hacia la izquierda o hacia la derecha y otro horizontal que eleva o baja la nariz. Sin ellos es casi imposible el control del vuelo.

Lea también | Brasil: diez miembros de una familia mueren en trágico accidente aéreo

Los pilotos buscaron estabilizarse a 14 mil pies. Manipulando la potencia de los motores empezaron a girar para cambiar de rumbo. En esos minutos y a pesar del alto estrés, es mandatorio buscar un aeropuerto alterno para aterrizar. Buscar uno en territorio ruso estaba descartado por el peligro de ser víctimas de un nuevo ataque. Otra opción era regresar al aeródromo de dónde habían partido. Pero el aeropuerto internacional Heydar Aliyev, de Bakú, está muy cerca de zonas pobladas y hasta de un hospital. En las condiciones en que estaba la aeronave muchas vidas en tierra hubiesen también corrido peligro.

Los expertos deducen que fue por ello que la tripulación decidió enrumbar la maltrecha aeronave hacia el aeropuerto de Aktau, ubicado a 25 kilómetros al norte de la ciudad del mismo nombre. Es la quinta terminal aérea más grande de Kazajistán y modernizada pocos años atrás. Desde allí incluso hay vuelos directos a Moscú o Estambul. Además, es una pista familiar para los pilotos de Azerbaiyán Airlines pues vuelan con frecuencia desde Bakú.

Para los pasajeros, la sensación se agravó. El Embraer volaba sobre el mar Caspio, a baja altura en un constante subir y bajar que mantenía los nervios de punta ya que pensaban que el agua bajo sus pies sería el final. Llevaban dos horas y cuarto de vuelo y el avión estaba a tan solo 400 metros encima del nivel del mar. Cada minuto adicional era una eternidad.

Un primer intento de aterrizaje falló porque el avión no solo subía y bajaba, sino que además zigzagueaba a izquierda y derecha. Los pilotos buscaron tomar nuevamente algo de altura para repetir la aproximación por la cabecera norte de la pista. Para ello las operaciones fueron temporalmente suspendidas para darle prioridad al vuelo J28243 de Azerbaiyán Airlines.

Al segundo intento perdieron más altitud y tocaron tierra a casi tres kilómetros antes de la cabecera de la pista 29. Desde el momento de la despresurización, habían permanecido en vilo durante una hora, 50 minutos y 42 segundos. Con el impacto en tierra, el avión se partió en dos. La parte delantera fue presa de las llamas, mientras que la cola quedó en posición invertida, pero permitiendo la supervivencia de 32 de los pasajeros.

Si el avión hubiese hecho el mismo procedimiento en Bakú, Azerbaiyán, probablemente estaríamos lamentando innumerables víctimas colaterales y muchas viviendas destruidas. Finalmente, y aunque la noticia no ha sido confirmada por las autoridades, las versiones preliminares dan cuenta también de un fatal desenlace para el piloto y el copiloto, los héroes de la jornada.

Más leídas
 
Lo más reciente