'Guacharnaco' versus 'chico fiu-fiu', guerra de apodos en la Asamblea

Revista Vistazo

En las últimas semanas el asambleísta por el Partido Social Cristiano (PSC), Luis Almeida, ha lanzado varias acusaciones contra funcionarios del gobierno de Guillermo Lasso. Se ha convertido en la figura de las denuncias al interior de la Asamblea Nacional y, con un discurso chabacano, se pasea por los medios de comunicación.

Como es característico de Almeida, está llevando la disputa a su cancha. Durante la sesión 790 de la Asamblea Nacional, el socialcristiano dijo que a él no le molesta que lo llamen "guacharnaco". "Decirme 'guarcharnaco' es insultar a todos los pobres del país. Al último todos somos calavera. Igualitos somos todos”.

En el fondo, su discurso iba en dirección al presidente de la Comisión de Fiscalización Fernando Villavicencio: “Hay por ahí alguien que se cree ‘chico fiu fui’, ‘fifisnai’ (...) ese es Don Villa, así se llama. (...) Y ahora este ‘Florindo’ cree que me puede vencer a mí, tiene que ir a aprender, a la escuela que yo voy...", dijo acaloradamente desde su curul.

Ambos empezaron a lanzarse dardos desde el domingo pasado, cuando coincidieron en el programa Políticamente Correcto, de Ecuavisa.

En ese espacio, el asambleísta socialcristiano nombró “Don Villa” a Villavicencio. A lo que el aludido respondió: "honorable Almeida, yo me llamo Fernando Villavicencio. Usted no (me) puede decir 'Villa' (...) "yo a usted le digo, honorable Luis Almeida, a usted no le va a gustar que lo llame guacharnaco".

GUACHARNACO: EL ORIGEN

La palabra "guacharnaco" ha sido tendencia los últimos días en redes sociales. “El guacharnaco es un hombre solitario que viene de la palabra ‘guacharito’, una palabra indígena, nuestra, kichwa, que quiere decir hombre solo”, argumentó Luis Almeida Morán.

Pero, en realidad, esa no es la procedencia del término. Según el Diccionario de americanismos de la Real Academia de la Lengua, "guacharnaco" es una persona de modales toscos. Y nada tiene que ver con la palabra guacarito cuyo significado está descrito como “persona a quien se le ha muerto el padre, la madre o ambos”.

Pero el show ya lo montó Almeida y hubo asambleístas que lo aplaudieron. En realidad, el bautizo de Almeida con el término despectivo de “guacharnaco” viene desde principios de los años noventa cuando ya era legislador del PSC. En ese partido se había iniciado como concejal de Guayaquil luego de haber dado sus pininos en el MPD y hasta de formar filas, en la universidad, con el CFP de Averroes Bucaram.

A inicios del Siglo XXI se alejó del PSC para embarcarse en la entonces naciente Sociedad Patriótica de Lucio Gutiérrez, personaje de quien Almeida era su anfitrión en Guayaquil. Eclipsado Gutiérrez, volvió al socialcristianismo.

LOS ENFRENTAMIENTOS CONTINÚAN

En Políticamente Correcto, el asambleísta Fernando Villavicencio revivió el viejo apelativo de Almeida en medio de un acalorado debate sobre el previsto juicio político al Consejo de la Judicatura que impulsa el PSC junto al correísmo.

Tras eso, Almeida parece haber esperado y preparado metódicamente su discurso para arremeter contra Villavicencio en una sesión plenaria del legislativo, en la que se trató en primer debate un proyecto de reformas a varios cuerpos legales “para el fortalecimiento de las capacidades institucionales y la seguridad integral”.

Pidió la palabra y entre otras cosas dijo: “Y cuando cayó el muro de Berlín para mí, hipotéticamente (hace gestos con los brazos en alto) se acaba entre la izquierda y la derecha y este humilde campesino se bautizó como guacharnaco”.

Villavicencio, por su parte, utilizó su cuenta de Twitter para continuar el altercado: "Usted ha dicho que quiero vencerle a usted. No honorable Luis Almeida, jamás competiría con usted. Para eso tendría que descender a su nivel, en el que el honor se mide en gramos o en centavos. Yo no soy su contradictor y menos usted el mío", escribió.

Es previsible que se sigan lanzando dardos. Sobre todo, Almeida que incluso ha colgado videos en sus redes sociales para aludir al término guacharnaco con el cual dice sentirse plenamente identificado.

ASÍ SE BAUTIZÓ ALMEIDA

Fue él mismo Luis Almeida quien se puso el apodo, aunque hay varias versiones sobre ello. Era el gobierno de Sixto Durán-Ballén y Almeida era uno más de los legisladores socialcristianos hasta que se rebeló contra sus dirigentes y llamó a juicio político al ministro de energía Francisco Acosta Coloma.

Hasta entonces, para la mayoría del país era “un desconocido legislador”. Por su actitud, León Febres Cordero se habría referido a él despectivamente como “ese diputado guacharnaco”. De la misma manera lo calificaban otros parlamentarios, incluidos compañeros de su bancada.

Almeida, de 64 años, es de origen humilde, “nací en Vinces en una canoa”, dijo. Hoy es dueño de Radio Morena, una importante emisora guayaquileña que tiene su matriz en lo que antes fue uno de los más grandes cines del centro del puerto principal.

Hace unos años, uno de sus hermanos siguió sus pasos en la política y hoy, una de sus sobrinas, es consejera de Participación Ciudadana, entidad que llegó a presidirla.