Las claves para la elección del sucesor de Francisco: ¿Qué características tendría el nuevo Papa?

En el Cónclave 2025 habrá 136 papables pero un solo humo blanco. Revisando la historia y analizando estadísticas, ¿cuál ha sido la edad favorita del Espíritu Santo que guía a los cardenales a la hora de votar? ¿Cuál es el signo zodiacal predominante en la Silla de Pedro? ¿Quiénes tendrían más posibilidad de convertirse en Papa? ¿Cuáles son las señales del Cielo?

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El Papa es también un jefe de Estado. Por tanto, es uno de los 195 jefes de Estado del mundo. Representa a El Vaticano o la Ciudad del Vaticano, el país más pequeño de la Tierra. Sin embargo, el Papa es probablemente la autoridad gubernamental con más influencia en el planeta. Esto último lo corrobora el politólogo e influencer español Enrique Fonseca Porras, “El Vaticano tiene una proyección geopolítica superlativa. Para empezar, la Santa Sede es una potencia diplomática. Tiene más misiones diplomáticas que el mismísimo Estados Unidos”.

Este analista que dirige el podcast “Solo Fonseca” basa sus afirmaciones recordando que el Papa cuenta con 414 mil sacerdotes que le han jurado lealtad, “es un ejército con armas de seducción masiva”. Esta sería una de las razones por las que la mayoría de los líderes mundiales buscan una o más citas con él durante sus mandatos.

Francisco, pocos días después de su posesión ya recibía a su primer invitado, el entonces presidente del Líbano, Michel Sleiman. Y lo siguió haciendo hasta el último día en que fue visitado por el vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance. De la misma manera, ninguno de los cuatro últimos presidentes del Ecuador se perdió la foto con Francisco.

Vistazo se ha remontado al año 1700 para analizar datos de la vida de 25 Papas. El primero de ellos fue Inocencio XII quien llegó al Sillón de Pedro con 65 años de edad. Se lo recuerda porque fue quien abolió el nepotismo que por esos años originaba los mayores escándalos en la sede papal. Inocencio XII expresamente prohibió que a partir de entonces, los Papas cedieran territorios, cargos o prebendas a sus parientes.

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De hecho, 65 años es la edad más común. Dentro del período analizado y al inicio de la tercera edad, nueve cardenales han sido elevados a Papa, casi uno de cada tres pontífices.

Actualmente, existen cinco cardenales que llegarán al cónclave con esa edad. Dos lo harán desde Asia, uno desde África y otros dos de América del Sur. Estos últimos son los arzobispos de Salvador de Bahía en Brasil y de Montevideo en Uruguay. De estos cinco, cuatro fueron creados como cardenales por Francisco y solo uno, de origen indio, data de la época de Benedicto XVI.

El promedio de edad de los 136 cardenales que se reunirán en el Cónclave es de 70 años. El benjamín, con apenas 45 años cumplidos en febrero, es el ucraniano Mykola Bychok. Será el elector más joven en el colegio cardenalicio. Pertenece a la iglesia greco-católica ucraniana, la más numerosa de las iglesias católicas orientales. Desde 2020 es el obispo de la Eparquía de Melbourne, en Australia.

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Las canas pesan: el 41 por ciento de los cardenales menores de 80 años, es mayor a 75 años. De ellos, siete fueron creados por Benedicto XVI y quedan dos de la época de Juan Pablo II. El mayor de todos es el exarzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, a quien lo identifican como “El hombre de Francisco en España”.

Durante su arzobispado recibió muchas críticas del lado más conservador de la iglesia española. En 2016, un grupo identificado con el franquismo pintó la leyenda “Osoro Judas” en la fachada de la sede arzobispal. Cumplirá 80 años el 16 de mayo por lo que podría quedar fuera del próximo cónclave si este se alarga.

Aunque las ciencias ocultas no son compatibles ni aceptables en la iglesia católica, una realidad es que casi la mitad de los últimos 25 Papas han sido Piscis, Aries o Tauro. Once de ellos han nacido entre marzo y mayo. Los especialistas dicen que quienes vinieron al mundo en esos meses, “suelen ser caracterizados por rasgos como liderazgo, iniciativa, coraje, dinamismo, perseverancia, y fuerza de voluntad. También se les atribuye una gran capacidad para afrontar desafíos y una visión optimista de la vida”.

Los signos del zodíaco menos frecuentes entre los últimos papas han sido acuario, capricornio y virgo. Y ninguno de estos tres signos se ha repetido en los últimos 200 años. El único cardenal ecuatoriano en el Cónclave, monseñor Luis Gerardo Cabrera, es libra. De ser elegido papa, sería el tercero con ese signo en más de 300 años. El Papa de signo libra más recordado fue Pablo VI. El concluyó el Concilio Vaticano II, instituyó el sínodo de los obispos como órgano permanente de consulta, promovió la creación de las conferencias episcopales y modernizó la diplomacia vaticana.

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Dieciocho de los 136 aspirantes han nacido en el año del cerdo, según el horóscopo chino. Pero bajo este animal no ha nacido ninguno de los 25 Papas reinantes en los tres últimos siglos. La mayoría de los pontífices ha sido gallo, es decir que son “sencillos, imaginativos, perfeccionistas, emotivos, responsables y elocuentes... Cuidan los detalles hasta el extremo y se muestran ante los demás tal y como son, sin tapujos”.

El último Papa que nació en un año Gallo, fue Pablo VI. En el Cónclave habrá 16 cardenales influenciados por este signo.

Antes de cada Cónclave es común que se publiquen las llamadas listas de “papables”. Pero un viejo proverbio vaticano dice que “quien entra Papa, sale cardenal”. Esta máxima se ha cumplido en innumerables ocasiones. Jorge Mario Bergoglio o Papa Francisco no fue la excepción. El arzobispo de Buenos Aires, en 2013, no estuvo en ninguna de las listas de más opcionados.

Finalmente, la elección del nuevo Papa dependerá de múltiples factores. Uno de ellos es la orientación doctrinal que deseen seguir los cardenales electores. Otro aspecto es el grado de necesidad que los cardenales perciban para continuar la línea de Francisco.

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De lo que ya se ha visto, las dos grandes corrientes van por el lado reformista o por el lado conservador. Y aunque más del 80 por ciento del Cónclave estará integrado por cardenales que fueron creados por Francisco, no todos comulgaban plenamente con sus ideas.

Entre los reformistas o moderados con más menciones está el filipino, monseñor Luis Antonio Tagle, de 67 años. Tagle es percibido como muy carismático, pastoral y popular. En Asia se le considera cercano a la línea del Papa Francisco. De ser electo, sería el primer papa asiático y representaría la creciente importancia de la Iglesia en ese continente.

Otro de los más mencionados, infaltable en todas las listas, es el actual secretario de Estado del Vaticano, conocido como “el número dos del Papa”. Es el cardenal Pietro Parolin, tiene 70 años cumplidos y es italiano. Es considerado como un moderado que podría unir diferentes corrientes dentro de la Iglesia. Bajo el papado de Benedicto XVI, entre 2009 y 2013, fue el nuncio apostólico en Caracas. Como tal trató de llegar a un entendimiento entre la Iglesia y el gobierno de Hugo Chávez.

Una leyenda de tiempos de Nostradamus dice que se acabará el mundo cuando se elija a un papa negro. Esta vez la posibilidad de elección existe. Monseñor Peter Turkson, es natural de Ghana, tiene 76 años y ha sido una voz prominente en temas como la justicia social, la ética económica, el medioambiente y la migración. Es percibido como progresista y como una de las voces más respetadas dentro del Vaticano.

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En el lado conservador, que en este cónclave podría estar en desventaja, sobresale el cardenal Raymond Leo Burke, conocido también como cercano al presidente Donald Trump. Nació en Estados Unidos en 1948 y fue convertido en cardenal por Benedicto XVI en 2010. Es un ferviente defensor de la doctrina tradicional. Burke ha sido crítico con la postura de la Iglesia sobre temas como el matrimonio homosexual, el divorcio y el aborto. Además, su enfrentamiento con Francisco culminó en la retirada de su salario y vivienda en 2018, una medida sin precedentes en la historia reciente del Vaticano.

Las opciones son 136 y cualquiera de ellos puede convertirse en papa en los próximos días. El humo blanco lo dirá.