Ecuador despacha a Londres a uno de sus diplomáticos más válidos y experimentados para resolver uno de los problemas más acuciantes de su política exterior, el asilo del fundador de Wikileaks, Julian Assange.
Después de seis años de refugio en su legación en Londres y de doce meses de intentos para ponerle fin, el presidente, Lenín Moreno, y el ministro de Exteriores, José Valencia, han tenido que recurrir a la "vieja guardia" para poner fin al complicado caso, descrito por el primero como "una piedra en el zapato".
"Marchán representa a los 'príncipes' del Ministerio", "a los que lucharon contra la ideologización del servicio exterior", dijeron a Efe varias fuentes diplomáticas sobre el candidato, que aún debe recibir el beneplácito del Reino Unido, proceso que puede durar hasta seis semanas según las normas en ese país.
De 71 años y después de diez en el "congelador" del servicio exterior, Jaime Marchán Romero fue designado nuevo embajador ante el Reino Unido e Irlanda del Norte en un breve decreto presidencial fechado ayer, 5 de diciembre.
De apenas dos artículos, el documento establece su nombramiento y traslada la responsabilidad de su ejecución al Ministerio de Exteriores, bajo responsabilidad de Valencia.
Un canciller que a su llegada al cargo en junio en sustitución de María Fernanda Espinosa -ahora presidenta de la Asamblea General de la ONU-, recuperó a Marchán y lo convirtió en su asesor personal con "nivel 2", es decir, del círculo más íntimo.
Antes, como otros tantos diplomáticos ecuatorianos, había pasado una década alejado de los círculos de poder en el Ministerio, principalmente por su oposición a que la ideología impregnara el servicio exterior en la década de Gobierno de Rafael Correa.
En abril pasado, en un breve artículo de opinión en el diario "El Comercio", Marchán hablaba de la "demolición de la Cancillería", y se quejaba de aquellos "neo-diplomáticos" del anterior régimen que "traficaron droga en la valija diplomática" y "sometieron la política exterior del Estado ecuatoriano a alianzas con regímenes extranjeros afines a sus intereses partidistas".
Situación que Moreno trató de revertir con la designación de Valencia y tras varios descalabros de Espinosa en el caso Assange.
Vista como reflejo del anterior régimen y de sus relaciones con el eje bolivariano, Espinosa fue la que concedió en diciembre de 2017 a Assange la nacionalidad ecuatoriana para convertirlo en diplomático y buscar una salida al caso, solución rechazada por Londres.
Bajo la dirección de Valencia, Ecuador impuso rápidamente al activista un "régimen de convivencia", que él rechazó y recurrió ante la justicia ecuatoriana, para indignación de extensos círculos del país y de la Cancillería.
En ese sentido, fuentes diplomáticas dijeron a Efe que el nuevo embajador cuenta con la "confianza personal" del ministro de Exteriores, que ahora espera que pueda poner fin a la anómala situación.
Considerado uno de los diplomáticos más veteranos y destacados del servicio diplomático ecuatoriano, Marchán ostenta el rango de embajador desde 1989.
Ha sido jefe de misión en las embajadas de su país en la extinta Yugoslavia (1989-1990), Italia (1990-1992), Austria (1995-1997), Chile (1997-2000) y Suiza (2003-2008).
Anteriormente, fue, entre 1975 y 1978, cónsul y encargado de negocios en la misma embajada de la que ahora será embajador, y en su poder -entre muchas distinciones- cuenta con la Medalla Jubilar de Plata de la Reina Isabel II, que le fue concedida en 1977.
Quiteño de nacimiento Marchán había desmentido el lunes a Efe que hubiera sido nombrado embajador en Londres, lo que las fuentes consultadas justificaron en su "frialdad diplomática" y que "es un zorro, muy inteligente".
Agregaron que su designación responde a un deseo del Gobierno ecuatoriano de resolver el problema de Assange, para lo cual han recurrido a "lo más experimentado del ministerio".
Como asesor del canciller y siempre de acuerdo a las fuentes citadas, Marchán trató de "usar toda su experiencia para resolver el problema de una vez por todas".
Con estudios universitarios en Ciencias políticas y Jurisprudencia en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), y en Derecho Internacional del espacio en la Universidad George Washington, es además escritor y tiene en su haber once títulos en áreas de estudios profesionales y novelas como "Destino Estambul" o "Parque Anaconda", muchas de ellas publicadas en España.