Si usted es una de las personas que entró en pánico cuando la OMS ubicó a las carnes procesadas y a las rojas en los primeros lugares como cancerígenos, debería conocer lo que opinan los especialistas consultados sobre este tema.
¿De dónde surge la alarma? El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, CIIC, publica cada cierto tiempo una estratificación sobre las sustancias o elementos que según los estudios tienen una mayor o menor probabilidad de causar cáncer. En la más reciente actualización de este listado, se ubicó a las carnes procesadas en el grupo 1, considerando que hay suficiente evidencia de que consumirlas causa cáncer colorrectal. En este mismo grupo 1, que reúne los elementos que el CIIC considera cancerígenos para humanos, también aparecen los rayos del sol y las bebidas alcohólicas como causantes de ciertos tipos de cáncer en estudios realizados a nivel mundial. Sin embargo, nadie espera que por estar en esta temible ubicación, las personas dejen de salir a la calle por temor al sol o no vuelvan a consumir un trago en sus vidas. De hecho, a estas alturas usted estará pensando en algunos consumidores frecuentes de bebidas alcohólicas o en personas que por motivos de trabajo o deporte tienen una alta exposición a los rayos solares y que nunca han tenido cáncer.
Las carnes rojas no procesadas, en cambio, subieron al grupo 2. El CIIC indicó que este “ascenso” se debe a que consideran que existe evidencia limitada de que su consumo en humanos probablemente pueda causar cáncer colorrectal, y señala que también se han registrado algunas asociaciones entre la ingesta de carnes rojas y el cáncer de páncreas y de próstata. En este grupo 2 también aparecen los esteroides y el trabajar en una peluquería.
El CIIC deja claro que su estratificación en grupos solo indica qué tan fuerte es la evidencia de que algo causa cáncer pero deja claro que no todas las sustancias que aparecen en un mismo grupo incrementan en la misma medida el riesgo de desarrollar cáncer. Entonces, ¿cómo entender y aplicar en la propia alimentación este mensaje de alerta enviado por la OMS?
La nutricionista Gabriella Iturralde señala que antes del impactante pronunciamiento de la OMS, ya desde hace algún tiempo se han realizado estudios epidemiológicos que relacionan la ingesta de carnes procesadas y rojas con el cáncer, sobre todo con el colorrectal. “Aunque la OMS todavía no ha sugerido cómo incluir las carnes rojas y las procesadas dentro de la alimentación, mi recomendación a quienes comen carne roja diariamente es disminuir su consumo”, y añade que aunque las carnes procesadas no deben ser parte de la dieta diaria, pueden ser consumidas esporádicamente.
NUTRIENTES NECESARIOS
La doctora Glenda Ramos, jefe de Oncología Clínica de Solca Guayaquil, sostiene que es necesario analizar la información recientemente lanzada por la OMS con calma, para evitar pánicos innecesarios. “La carne roja tiene sustancias beneficiosas nutricionalmente difíciles de suplir con otros alimentos, hay que comerla pero con moderación. Se puede consumir dos veces por semana y hasta tres, pero llevando una vida sana: haciendo 30 minutos de ejercicio al día, disminuyendo el consumo de grasas saturadas, comiendo frutas, verduras y alimentos ricos en fibra. Otro punto muy importante es consumir dos litros de agua al día, la realidad es que no estamos acostumbrados a hacerlo pero es un hábito imprescindible para mantener la salud”.
Doctora Glenda Ramos, jefa de Oncología Clínica
de Solca Guayaquil. Foto: José Dimitrakis
La especialista explica que un tema clave con respecto a la relación entre el consumo de carnes procesadas y rojas y el cáncer es evitar el estreñimiento. “Si una persona estreñida consume carnes con sustancias cancerígenas, esas sustancias van a permanecer más tiempo en su organismo y eso podría favorecer a que desarrolle cáncer colorrectal” y agrega que las recomendaciones que menciona para llevar una vida sana contribuyen a tener un buen tránsito intestinal. Señala que más miedo debería causarle a una persona decir: “soy sedentaria” que “como carne”, considerando la gravedad y diversidad de patologías y complicaciones que genera la falta de ejercicio.
CARNES PROCESADAS Y EL RIESGO
Los estudios indican que consumir diariamente 50 gramos de carnes procesadas (por ejemplo: dos rebanadas de jamón o un hot dog) o 100 gramos de carnes rojas aumenta en un 18 por ciento las posibilidades de desarrollar cáncer.
Brad Plummer en su reportaje en Vox “The bacon freak-out” escribe que el riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal es de 4,5 por ciento (cifra de Estados Unidos), y que si consumiera un hot dog diario (los 50 gramos señalados) solo aumentaría su riesgo a 5,3 por ciento. Kurt Straif, jefe del Programa de Monografías del CIIC concuerda en que para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por el consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero señala que este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida. Explica que el objetivo del pronunciamiento de la OMS apunta a un enfoque más colectivo: “En vista del gran número de personas que consumen embutidos y carnes procesadas, el impacto global sobre la incidencia del cáncer es de importancia para la salud pública”. La nutricionista Gabriella Iturralde lo resume: “para reducir el riesgo, hay que reducir el consumo”.
Un consumo moderado de carnes rojas no se contradice con un estilo
de vida saludable, según opinan los especialistas consultados.
El doctor Iván Nieto, jefe de Gastroenterología de Solca Guayaquil concuerda con la importancia del consumo de carnes rojas por su contenido de proteínas y de hierro (salvo pacientes que las tengan prohibidas por problemas renales o niveles elevados de ácido úrico).
La nutricionista consultada señala que las personas que por motivos médicos o de cualquier tipo dejan de consumir carnes deben acudir a un profesional que les indique claramente qué otros alimentos deben ingerir como fuentes de hierro, proteínas y vitamina B12 para que no exista ninguna carencia nutricional.
Gabriella Iturralde, especialista de GI Nutrición.
El doctor Nieto reafirma la importancia del consumo de alimentos ricos en fibra y menciona que muchos estudios muestran que la fibra previene el cáncer de colon. El especialista indica que de acuerdo al Registro de Tumores de Solca Guayaquil, este tipo de cáncer es el quinto en incidencia en hombres y sexto en mujeres.