Ecuatoriano 'Inventor del Año' por combatir polución plástica
Eva Valencia martes, 29 enero 2019 - 02:32
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Reconocido como uno de los innovadores menores de 35 años Latinoamérica 2018 del MIT Technology Review en español, y también como Inventor del Año, el ecuatoriano Inty Grønneberg impulsa una tecnología que pretende combatir la polución plástica; su visión: detener hasta el 2028 el 75% del flujo de plásticos que ingresa a los mares por las vías fluviales.
Inty Grønneberg amaba los autos desde su adolescencia, cuando decidió ingresar al Instituto Tecnológico Superior Central Técnico -en Quito- para estudiar mecánica automotriz; en su dormitorio estaban colgados afiches de automóviles de distintos modelos y disfrutaba las ferias que se organizaban en el Centro de Exposiciones Quito para mostrar al público las últimas novedades de la industria.
Hasta casi los 29 años, cuando ya estaba graduado como ingeniero automotriz de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe) y tras haber trabajado en Toyota, General Motors y la ensambladora Oxitane Global, Grønneberg había vinculado su desarrollo profesional al sector automotriz.
Fueron dos experiencias las que empezaron a enrumbar a Grønneberg en un camino totalmente distinto: el de la búsqueda de la innovación para el desarrollo tecnológico con un objetivo social y ambiental. La primera ocurrió mientras trabajaba como gerente de Manufactura en Oxitane Global, uno de los proveedores locales de la planta de ensamblaje de General Motors en el país; el joven ecuatoriano, nacido en Ibarra, viajó a China para conocer las instalaciones de quienes les proveían de partes y piezas, y allí –recuerda- fue testigo de los altísimos niveles de polución y la realidad lo estremeció.
Esta experiencia despertó su interés por aprender cuáles son las políticas necesarias para mantener una industria y resguardar el empleo. Sin estar todavía totalmente consciente, fue entonces cuando la preocupación por los temas sociales y ambientales empezó a motivar su crecimiento profesional.
Tras las experiencias laborales en Ecuador, todavía enfocadas en la tradicional industria automotriz, Inty Grønneberg decide aplicar a una beca de la Senescyt (Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación) para una maestría en Manufactura y Mecánica en la Universidad de Greenwich en Londres.
Terminada esta faceta, obtiene una plaza para doctorarse en el Imperial College London estudiando los ecosistemas de innovación para este tipo de emprendimientos. Es esta etapa de su desarrollo personal la que lo conduce a un reconocimiento mundial. Su empresa, una startup de desarrollo tecnológico surge como parte del proceso de búsqueda de casos de estudio para su doctorado.
El primero de dichos casos, para cuya construcción no obtuvo financiamiento, fue una tricicleta; en un segundo intento, la idea de una tecnología que permitiera combatir la polución por plástico despertó el interés dentro de una competencia y llegaron los fondos para la creación de los prototipos desde Autodesk: una empresa dedicada al software para diseño industrial.
Grønneberg y su socio Robert Rouse (27), un estudiante británico de maestría, optaron por lo segundo y crean Ichthion; habían ya analizado, para entonces, la escalabilidad de una tecnología que refleja una conciencia compartida.
En una sus conversaciones, “ambos nos dimos cuenta y recuerdo claramente lo que dijimos: si los humanos tenemos tecnología para poner un aparato hasta en un cometa, cómo no tenemos tecnología para enfrentar este problema de polución plástica”.
Ichthion se crea en agosto del 2017 y su invención empieza a participar en varios concursos y recibe varias inyecciones de fondos. Fue aceptada en una de las incubadoras más grandes del Reino Unido, llamada Innovation RCA –parte del Royal College of Arts-, que les facilita a los emprendedores un espacio físico para trabajar y una inversión inicial de 10 mil libras esterlinas como capital; a cambio, la incubadora tiene un 5% de participación.
Y la organización Climate KIC –instituto europeo dedicado al estudio del cambio climático- le otorga a Ichthion dos ‘grants’ o créditos no reembolsables por un total de casi 30 mil libras. Para ese entonces, el invento de Inty Grønneberg había ganado también el ‘Scalable Business Award’ de Imperial College London.
Ya en el radar de la innovación mundial, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) invita al ecuatoriano para participar en el concurso ‘Innovadores menores de 35 años’. En febrero del 2018 se presentan al concurso y durante la ceremonia de noviembre pasado, el ingeniero ecuatoriano es premiado no solo como parte del grupo de 35 innovadores menores de 35 años en América Latina sino como el Inventor del Año, una de las cuatro menciones especiales que entrega la prestigiosa universidad estadounidense.
Entre febrero y noviembre, la startup había acudido al Innovate UK, el sistema de innovación más grande del Reino Unido que entrega fondos para emprendimientos; “fuimos los ganadores del concurso ‘Hacia un mundo sin polución plástica’ y obtuvimos un monto no reembolsable de 600 mil libras”, afirma Grønneberg, quien para acceder a esos recursos deberá obtener fondos privados equivalentes al 30% de ese monto.
La visión de Ichthion es esta: implementar una de sus invenciones -a la que ambos socios llamaron Azure- para que funcione como barrera del plástico en los ríos; otro invento capaz de monitorear microplásticos en áreas costeras (Cobalt) para determinar afectaciones; y una tercera tecnología (Ultra Marino) que, en el largo plazo, será posible instalar en barcos de gran calado para extraer plásticos del agua mientras viajan.
“Creo que cualquier ecuatoriano puede llegar a este nivel; nos falta creer más en nosotros, dedicación y estudio, además de trabar en conjunto para impulsar este ecosistema de innovación en el país”. Grønneberg regresa a sus raíces: el objetivo es lograr escalabilidad en los emprendimientos para generar empleos. Como los que se perdieron cuando era gerente en Oxitane Global, hace solo cinco años.
