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La infancia "traumática" de Trump: los orígenes de su "crueldad" para complacer a un padre tóxico

lunes, 9 noviembre 2020 - 05:08
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Antes de ser un magnate de las propiedades inmobiliarias, de ser un graduado de la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania o de ser el presidente de Estados Unidos, Donald Trump fue un adolescente rebelde cuyos padres le enviaron a una escuela militar, publica el medio Business Insider.
 
Debido a su comportamiento, los padres de Trump le enviaron a la Academia Militar de Nueva York cuando tenía 13 años debido a su mala conducta.
 
No obstante, el mandatario más polémico de la historia moderna de EE.UU. se crió dentro de una familia tóxica, un patriarca imposible de complacer y la vergüenza y la humillación como herramienta de crianza.
 
En su libro, 'Demasiado y nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo', la sobrina del mandatario, Mary Trump, explica, desde su experiencia como psicóloga clínica, cómo el padre del presidente, Fred Trump, lo "destruyó" al hacerle cortocircuito a su "capacidad para desarrollar y experimentar todo el espectro de las emociones humanas".
 
Esto lo llevó, entre otros comportamientos nocivos, a mentir de manera patológica, al presidente y a sus otros hermanos.
 
 
Según Mary Trump, las miles de falsedades que ha dicho Trump durante su presidencia se deben a una manía incontrolable por mentir, que comenzó para complacer a como diera a lugar al padre. 
 
El patriarca Fred odiaba no solo cuando su hijo Fred Jr., el hermano mayor del presidente, cometía errores o no hacía lo que esperaba de él: odiaba aún más que cuando le llamaba la atención, Fred Jr., se disculpaba, y su padre entonces se burlaba de él por eso.
 
"Fred quería que su hijo mayor fuera 'despiadado'", dice Mary Trump. Por lo que, el presidente "tuvo mucho tiempo para aprender al ver a Fred humillar" a su hijo mayor, concluye.
 
Tras la derrota en las elecciones de Estados Unidos, Trump sigue aferrado a una fútil estrategia legal para no aceptar el título que más ha temido a lo largo de su carrera, el de perdedor.
 
"Ganar es fácil. Perder nunca es fácil. Para mí no lo es", había reconocido Trump el mismo día de las elecciones, durante una visita a la sede de su campaña.
 
Su reacción no sorprendió a quienes conocen bien a Trump, que nunca admite posibles fracasos y culpa de cualquier viento que no sople a su favor a las instituciones del país, los medios de comunicación o algún otro punto de un sistema supuestamente sesgado en su contra.

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