Miles de personas se enlistaron este sábado en las fuerzas militares de Venezuela para sumar filas ante una eventual invasión estadounidense. Nicolás Maduro llamó a abrir durante este y otros fines de semanas el registro de la Milicia Bolivariana, un cuerpo adscrito a la Fuerza Armada que integran civiles y que sus críticos aseguran tiene una alta carga ideológica.
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Es también una demostración de fuerza ante lo que considera una "amenaza" contra su poder. Tres destructores lanzamisiles se posicionarán en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, aunque Washington asegura que se trata de operaciones contra el narcotráfico.
La Milicia habilitó centros de registro en plazas y edificios militares y públicos, incluido el palacio presidencial de Miraflores en Caracas. También en el llamado Cuartel de la Montaña, donde reposan los restos del fallecido líder socialista Hugo Chávez (1999-2013).
Está ubicado en el 23 de Enero, un populoso bastión del chavismo donde grandes edificios de vivienda social se mezclan con ruinosas casitas de ladrillo expuesto.
Bautizada como bolivariana por Chávez, la Fuerza Armada venezolana no oculta su politización. "¡Chávez vive!" es hoy su saludo oficial.
Tampoco está claro con cuántos efectivos cuenta. En 2020 tenía unos 343.000 integrantes, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), un tamaño similar a la de México (341.000), y solamente superado en América Latina por Colombia (428.000) y Brasil (762.000).
Maduro dijo, no obstante, esta semana que solo la Milicia contaba con más de 4,5 millones de soldados.
"¡Yo me alisto por Venezuela, viva la patria!", gritaban los voluntarios tras registrarse. Policías e incluso milicianos reservistas acudieron para reafirmar su compromiso.
El Cuartel de la Montaña está enclavado en una montaña desde donde se ve toda Caracas. Es un antiguo museo militar donde Chávez coordinó su fallido intento de golpe de Estado en 1992.
Una vez registrados, los voluntarios pasan a una sala donde se proyecta un documental sobre el bloqueo de naciones europeas a las costas venezolanas entre 1902 y 1903, ante la negativa del entonces presidente Cipriano Castro de pagar la deuda externa.
El filme de 2017 muestra a campesinos armados. Algunos disparan, otros analizan mapas. Barcos de guerra se divisan en la distancia.
En la siguiente sala se expone parte del armamento: una ametralladora calibre 50 de Estados Unidos, un lanzagranadas Carl Gustaf sueco, lanzacohetes RPG de origen soviético y una ametralladora belga calibre 7,62 mm.
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Estados Unidos ya hizo despliegues en el Caribe en el pasado. Pero en esta oportunidad coincide con el aumento a 50 millones de dólares de la recompensa contra Maduro y la acusación en su contra de encabezar una supuesta banda del narcotráfico bautizada Cartel de los Soles, que el presidente Donald Trump catalogó de organización terrorista.
Maduro asegura que esta movilización "inmoral, criminal e ilegal" solo busca un "cambio de régimen".
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, pidió no "caer en nerviosismo". "Vamos a defender esta patria hasta nuestro último aliento", añadió en declaraciones transmitidas por el canal estatal VTV.
La oposición llamó a no acudir al alistamiento. En las filas, hay voluntarios de todas las edades.
"Quiero entrenar para defender la patria", señala Jesús Bórquez, de 19 años.
"Yo sé que por mi edad no voy a agarrar un rifle pero estoy dispuesta a ayudarlos", asegura Omaira Hernández, de 78 años.