Cada año, entre el 16 y el 24 de diciembre, miles de familias en Ecuador y otros países de América Latina practican la Novena de Aguinaldos, una tradición de origen católico que busca preparar espiritualmente la celebración del nacimiento de Jesús. Este ejercicio de oración se realiza durante nueve días consecutivos y combina plegarias, reflexiones, gozos y villancicos, generalmente en un ambiente familiar o comunitario.
La Iglesia Católica reconoce las novenas como expresiones de piedad popular vinculadas a momentos significativos del calendario litúrgico. El Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, organismo oficial del Vaticano, explica que estas prácticas tienen como finalidad acompañar la oración personal y comunitaria, siempre que estén en armonía con el mensaje evangélico y la doctrina cristiana, especialmente en tiempos de preparación como el Adviento y la Navidad.
En el contexto latinoamericano, la Conferencia Episcopal Colombiana ha documentado ampliamente la Novena de Aguinaldos como una tradición que invita a reflexionar sobre la espera del nacimiento de Jesús, acompañando simbólicamente a María y José en su camino hacia Belén. Según esta institución, la novena se reza tradicionalmente del 16 al 24 de diciembre y está pensada para vivirse en familia, parroquias o comunidades.
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La Novena de Aguinaldos inicia el 16 de diciembre y culmina el 24 de diciembre, en la víspera de Navidad. Cada uno de los nueve días sigue un esquema similar, aunque puede adaptarse según las costumbres de cada hogar. De manera general, la estructura incluye:
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana reconoce esta práctica como una expresión de religiosidad popular ampliamente difundida en el país durante el tiempo de Adviento, destacando su valor como espacio de encuentro familiar y transmisión de tradiciones religiosas vinculadas a la Navidad.
Las oraciones diarias de la novena mantienen una estructura fija que se repite cada día, lo que facilita su seguimiento por parte de niños, jóvenes y adultos. Estas plegarias suelen enfocarse en la preparación interior para la Navidad y en la reflexión sobre el significado del nacimiento de Jesús.
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Los gozos forman una parte central de la Novena de Aguinaldos. Se trata de versos recitados o cantados que expresan el anhelo por la llegada del Niño Dios y que tradicionalmente se alternan durante los nueve días. A ellos se suman los villancicos, cantos propios de la época navideña que aportan un componente musical y comunitario al rezo.
Para facilitar la práctica en casa, existen versiones en formato PDF que reúnen las oraciones completas, los gozos y los villancicos en el orden tradicional, permitiendo imprimirlos o seguirlos desde dispositivos digitales. Estos materiales son difundidos por medios de comunicación y entidades religiosas como apoyo a la celebración familiar.
Aunque la novena puede rezarse de forma individual, su carácter tradicional es colectivo. En muchos hogares, cada integrante asume la lectura de una parte del rezo, lo que fomenta la participación activa y el diálogo intergeneracional. Esta dinámica también se replica en parroquias, colegios y comunidades.
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Más allá de su forma, la Novena de Aguinaldos se mantiene como una de las prácticas más extendidas del tiempo de Adviento en la región, conservando su estructura esencial y adaptándose a los contextos familiares actuales.
Desde la perspectiva institucional de la Iglesia, la novena cumple una función clara: acompañar la preparación espiritual para la Navidad. A lo largo de los nueve días, el rezo propone una pausa diaria para la reflexión y la oración, marcando el tránsito hacia la celebración del 25 de diciembre.
De esta manera, la Novena de Aguinaldos continúa vigente como una tradición religiosa que combina oración, música y encuentro familiar, y que cada diciembre vuelve a ocupar un lugar central en los hogares que se preparan para la Navidad.