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Todo lo que necesita saber sobre las enfermedades y molestias intestinales

sábado, 12 marzo 2022 - 17:40
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Las enfermedades y molestias intestinales pueden afectar la calidad de vida considerablemente. En algunos casos, el tratamiento es simple.

"Es el estrés”. Es bastante común asociar las molestias en el abdomen con los momentos de alta tensión emocional. Un susto o un coraje son capaces de desencadenar mucho dolor, sin embargo, de acuerdo al doctor Juan Manuel Alcívar, gastroenterólogo endoscopista, el lado emocional puede intensificar los síntomas pero no es la causa original de las molestias intestinales.

Antes, cuando una persona tenía molestias y desajustes intestinales se hablaba de colitis nerviosa, justamente porque los dolores se agudizaban por situaciones que implicaban nerviosismo.

Además, cuando se investigaba no se detectaba ningún rastro de enfermedad orgánica ni de daño estructural en el colon, lo que llevaba a suponer que era un cuadro causado por las emociones.

Hoy la colitis nerviosa se conoce como Síndrome del Intestino Irritable. El doctor Alcívar explica que actualmente se ha podido determinar que sí existe una microinflamación del colon en estos pacientes, pero solo es detectable con equipos sofisticados.

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NUEVO NOMBRE

El Síndrome del Intestino Irritable antes se conocía como colitis nerviosa porque cuando se hacían las distintas pruebas de laboratorio y de imágenes todo parecía normal. Macroscópicamente no se detectaba un daño estructural del colon, pero con el tiempo se determinó que sí existe una microinflamación, que solo es detectable con equipos sofisticados.

“Al realizar la endoscopia confocal, que es como se llama la técnica en personas con dolor abdominal en el contexto de un colon irritable, detectamos que el 65 por ciento tenía microinflamación”, dice el especialista.

Agrega que es verdad que situaciones de mucho estrés pueden llevar a que empeoren los síntomas y que el consumo de ciertos alimentos puede generar microinflamación.

INTOLERANCIAS ALIMENTICIAS

Es importante determinar cuáles son los alimentos que pueden generar intolerancias alimentarias en un paciente porque muchas veces eso puede determinar el tratamiento, que no será solo médico sino también derivado a la parte nutricional.

No hay que confundir las pruebas que descubren intolerancias alimenticias a nivel intestinal con las que detectan alergias. Son dos temas totalmente distintos.

Cuando una persona consume un alimento al que es alérgico, inmediatamente aparecen reacciones en la piel, como ronchas y enrojecimiento. Es una reacción sistémica del organismo que puede llegar a ser mortal. La intolerancia, en cambio, provoca la inflamación intestinal. El doctor Fabricio Echeverría, jefe de Laboratorio de Labs, explica que se detecta a través de un examen de sangre. Se pueden descubrir hasta 150 clases de intolerancias.

“A través de reactivos especiales determinamos la cantidad: baja, media o alta que se tiene a cada grupo de alimentos, mariscos, granos o lácteos por ejemplo”, de acuerdo a ese resultado el médico tratante diseña el tratamiento para ese paciente.

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Una vez que se sabe cuál es el alimento que provoca la inflamación intestinal, la recomendación es retirarlo de la dieta y posteriormente ver si se puede reintroducir pero para consumirlo de manera muy aislada, nunca a diario.

Los lácteos y los mariscos generalmente tienden a presentarse como intolerancias permanentes, pero los frutos secos o las harinas, en cambio, con cierta dieta pueden volver a ser tolerables por ese paciente, pero no completamente, según aclara el doctor Echeverría.

Menciona que, a veces, los cuadros de intolerancia alimenticia tienen un componente hereditario y que no siempre se manifiestan desde los primeros años sino que pueden aparecer con el paso de los años.

Suele suceder con los lácteos. De un momento a otro, ciertos adultos se dan cuenta de que cuando los consumen tienen molestias intestinales y se quejan: “Pero doctor si yo antes podía tomarme un vaso de leche y no me pasaba nada y ahora me cae pésimo”. Otros tipos de pruebas son los Tests de Aliento que permiten detectar la intolerancia a ciertos azúcares, la lactosa y a otro tipo de alimentos.

El doctor Alcívar señala que en algunos casos las intolerancias pueden ser hacia alimentos que tradicionalmente no se relacionan con molestias intestinales, como el tomate o la papa, por ejemplo.

MUCHOS SÍNTOMAS

La palabra síndrome se define como un conjunto de síntomas que se presentan juntos y son característicos de una enfermedad o cuadro patológico.

En el caso del Síndrome del Intestino Irritable se agrupan múltiples síntomas, como dolor abdominal, distensión, gases, estreñimiento y diarrea, entre otros.

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Una de las peculiaridades de este síndrome es que el mismo paciente puede presentar mucha diarrea y estreñimiento. Aunque hay un patrón en el que puede haber predominio de diarrea, predominio del estreñimiento o un patrón mixto.

Por eso se recurre a antiespasmódicos para disminuir la diarrea o medicamentos para aumentar el tránsito intestinal si el predominio es el estreñimiento.

AFECTANDO ÓRGANOS VECINOS

La inflamación puede ser tal que los órganos y los tejidos próximos también duelan.

Hay que tener en cuenta que el colon recorre la mayor parte de la cavidad abdominal. Una gran parte se localiza en la zona baja del abdomen muy cercana con la vejiga y el útero, por lo que puede provocar molestias urinarias y dolor al tener relaciones sexuales. Esta proyección de las molestias a otros órganos hace que se requiera hacer un diagnóstico de exclusión de otras patologías antes de asumir que se trata del Síndrome del Intestino Irritable.

Es necesario descartar otras posibles causas de las molestias, que pueden ser parasitarias, infecciosas, por bacterias o por divertículos. Los divertículos son pequeños abultamientos que se pueden formar en el revestimiento del colon.

La presencia de divertículos se conoce como diverticulosis. Esas bolsitas pueden inflamarse y en algunos casos, infectarse produciendo lo que se conoce como diverticulitis.

El equipo médico de la Clínica Mayo explica que la diverticulitis puede causar dolor abdominal intenso, fiebre, náuseas y cambios en los hábitos de evacuación. Entre los factores de riesgo señalan el envejecimiento, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, la dieta alta en grasa animal y baja en fibra y el uso de ciertos medicamentos.

Las complicaciones que pueden presentarse en pacientes con diverticulitis incluyen abscesos por acumulación de pus en las pequeñas bolsas, una obstrucción causada por tejido cicatricial, un conducto anómalo o fístula entre las secciones de los intestinos o entre los intestinos y otros órganos.

Finalmente, puede producir peritonitis cuando una bolsa infectada se rompe y derrama sus contenidos dentro de la cavidad abdominal. Los especialistas del centro médico advierten que la peritonitis es una emergencia médica que requiere atención inmediata.

El doctor Luis Manuel Alcívar sostiene que a partir de los 60 años casi el 40 por ciento de la población tiene divertículos. “De ahí en adelante va aumentando el porcentaje de personas que lo padecen y las complicaciones que pueden presentarse”. Otra complicación del último tramo del sistema digestivo que causa muchas molestias son las hemorroides. Se trata de venas hinchadas e inflamadas en el recto que provocan incomodidad y sangrado.

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Son frecuentes en mujeres jóvenes durante el embarazo porque se aumenta el flujo sanguíneo hacia la zona del plexo hemorroidal y en quienes pasan muchas horas sentados por motivos laborales. Estar sentado durante demasiado tiempo genera que una mayor cantidad de sangre sea retenida.

El tratamiento apunta hacia una correcta alimentación, evitar estreñimiento, hacer actividad física, evitar estar sentado por mucho tiempo, hacer pausas activas durante las jornadas de trabajo para que haya un mejor flujo sanguíneo.

“Con tratamiento suelen mejorar pero en otros casos no queda otra opción sino operarlas para que desaparezcan”, señala el doctor Alcívar.

Concluye reafirmando la importancia de buscar atención médica ante dolores o molestias del abdomen, un diagnóstico acertado y a tiempo es clave para recibir el tratamiento adecuado.

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