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El oscuro y lucrativo negocio de borrar el historial digital de corruptos y delincuentes con poder

jueves, 30 marzo 2023 - 17:11
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Un doctor sentenciado por asesinato y que operó un centro de tortura durante la dictadura de Pinochet en Chile, un funcionario español culpable de lavado de dinero dentro del gobierno y hasta líderes de redes de prostitución, todos ellos pudieron limpiar su historial en la web. ¿Cómo lo hicieron? A través de los mercenarios de la información.

La palabra mercenario proviene del latín mercenarius y según la definición de la Real Academia de la Lengua se refiere a un soldado o una tropa que por un estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero. En la era de las comunicaciones, los mercenarios no solo trabajan en los campos de batalla de una guerra, sino que utilizando técnicas sofisticadas de desinformación buscan que muera la verdad.

Forbidden Stories es una ONG francesa se ha empeñado en investigar esta amenaza. Inspirados en la obra de Gauri Lankesh, una periodista de 55 años que fue asesinada por investigar en India el origen de las fake news o noticias falsas, la organización sin fines de lucro viene trabajando con periodistas y medios para descubrir a los mercenarios de la desinformación.

Dos trabajos trascendentales, que han aparecido en más de 30 medios, entre los cuales están The Guardian, Der Spiegel, Le Monde, analizan el caso de Eliminalia y Team Jorge, que nos conducen a los oscuros negocios para hacer desaparecer de las redes sociales los nombres de corruptos y criminales en el caso de Eliminalia y manipular la opinión pública para beneficiar en elecciones a determinadas candidaturas con noticias falsas en el caso de Team Jorge. La primera empresa, Eliminalia, es española. En tanto, que Team Jorge es israelita. En ambos casos, protegen oscuros intereses.

ELIMINALIA

Todo se borra en Internet por un precio. Esto lo descubrió el periodista mexicano Daniel Sánchez, quien en 2018 fue amenazado por un supuesto abogado para que baje de la red un artículo sobre el fraude tributario de la empresa Altavista, publicado en el portal página 66, en el estado de Campeche. Dicho abogado sostuvo que representaba al “Compliance Department” de la Unión Europea. Como no bajó el artículo, ese mismo abogado contactó al proveedor de servicios de Internet, argumentando que Sánchez había infringido el copyright del artículo. El servidor obligó a Sánchez a bajarlo y a someterse a un proceso para apelar la decisión.

Temeroso de quedarse sin empleo y ver afectada su reputación, Sánchez bajó el artículo, según narra el reportaje sobre Eliminalia publicado en la página de Forbidden Stories. Este tipo de amenazas es parte del modus operandi de Eliminalia.

“La empresa manipula a proveedores de servicios online, usando como arma el derecho de copyright para remover contenido y acosa y amenaza a los periodistas”, sostiene Forbidden Stories. Los investigadores descubrieron, además, que los supuestos abogados eran personas falsas y que los pedidos provenían de una misma empresa: Eliminalia.

Eliminalia sostiene en un anuncio publicado por Forbidden Stories, que su servicio “remueve información errada y no deseada”. No obstante, gracias a la filtración de documentos de 1.500 clientes se encontró que en su mayoría son personas que han cometido delitos graves y/o pertenecían al bajo mundo. Algunos de estos ejemplos son escandalosos.

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$!Eliminalia fue fundada por Diego Sánchez en 2011.

Un cliente era un doctor sentenciado por asesinato y que durante la dictadura de Pinochet operó un centro de tortura, otro cliente era funcionario de la Banca de Andorra, quien facilitó el lavado de dinero de altos funcionarios corruptos del Chavismo y del régimen de Maduro. En la lista se incluye también a un empresario brasileño que montó una red de prostitución internacional.

Detrás de Eliminalia está Diego Sánchez, quien reportó ventas por casi tres millones de dólares en 2022. Sánchez mantiene varias sociedades (alrededor de 50) con José María Hill Prados, que incluye una empresa acusada de tráfico de menores.

En todo caso, Eliminalia parece haber descubierto una posible mina de oro en la eliminación de datos y vidas indeseables en las redes sociales y el precio para hacerlo no es barato. Por ejemplo, según los documentos analizados, Pedro Miguel Haces Barba, un líder sindical mexicano acusado de negocios fraudulentos con dos gobernadores, pagó 115 mil dólares en 2019 por hacer desaparecer 300 artículos donde se narraban sus fechorías.

$!DETRÁS DE ELIMINALIA está Diego Sánchez, quien reportó ventas por casi tres millones de dólares en 2022. Sánchez mantiene varias sociedades (alrededor de 50) con José María Hill Prados, que incluye una empresa acusada de tráfico de menores.

Sin embargo, Eliminalia terminó siendo descubierta cuando pidió a través de un supuesto abogado, Raúl Soto, al portal sueco Qurium, perteneciente a una ONG que auspicia a portales en países en desarrollo, a bajar un artículo. Qurium descubrió que no había tal abogado y que los vínculos conducían a Eliminalia. Qurium encontró 622 páginas web que la organización usaba para presentar perfiles positivos de sus clientes. Halló un total de 3.500 artículos. Al sentir que la empresa era investigada, Eliminalia cerró los caminos que había transitado en Internet y cambió de identidad. Forbidden Stories ha descubierto que ahora se llama Idata Protection y que funciona en Barcelona, en el mismo edificio y oficina donde alguna vez operó Eliminalia.

TREINTA CAMPAÑAS POLÍTICAS

Forbidden Stories también ha revelado a otra empresa mercenaria de la desinformación. A diferencia de Eliminalia, la israelita Team Jorge trabaja en plantar historias falsas en campañas políticas, para cambiar la opinión pública. Lo hace a través de un ejército de bots o perfiles falsos en redes para cambiar el curso de las elecciones.

Detrás de Team Jorge está la empresa Demoman, dirigida por Tal Hanan, un experto en seguridad que trabajó en los servicios de inteligencia de su país por más de dos décadas. Con un software avanzado y usando Twitter, LinkedIn, Facebook, Telegram, Gmail y YouTube ofrece servicios de inteligencia conocidos como “Black Ops” (acciones militares o políticas que utilizan medidas ilegales como intercepciones ilegales, robo de correos, robo de identidades, etc.).

Fingiendo ser clientes potenciales, tres reporteros se entrevistaron con Hanan, en su oficina ubicada a 30 kilómetros en las afueras de Tel Aviv, donde opera. A ellos, Hanan les demostró cómo crean perfiles falsos de personas que cuentan con tarjeta de crédito, membresías en Amazon, AirBnB, etc. Hanan describió a su equipo como “graduados de agencias de gobierno” con experticia en Finanzas, Redes sociales, Psicología de guerra.

$!DETRÁS DE TEAM JORGE está la empresa Demoman, dirigida por Tal Hanan, un experto israelita en seguridad que trabajó en los servicios de Inteligencia de su país por más de dos décadas. Al ser entrevistado dijo que “no había cometido nada ilegal”.

En la entrevista le acompañaron cuatro miembros de su equipo, entre los cuales estaba su hermano Zohar. El resultado de esta investigación se publicó en varios periódicos, entre ellos The Guardian. Según The Guardian sus operaciones cuestan entre seis y 15 millones de dólares.

Hanan sostuvo a los potenciales clientes, los reporteros encubiertos, que estaba trabajando en varias campañas en África, Emiratos Árabes y Estados Unidos. Dijo que ha colaborado con más de 30 campañas en Centroamérica y Sudamérica. Comentó que se inició creando 5.000 perfiles o avatares y que ahora, su programa informático puede crear 30 mil bots.

Las fotos que utiliza son robadas a personas verdaderas. Además, cuenta con una máquina para crear blogs y demostrar así credibilidad de los bots para modelar la opinión pública.

Otro aspecto importante de su servicio es que puede interceptar y acceder a correos y mensajes cifrados en servicios como Gmail y Telegram. Cuando fue contactado por periodistas de los medios que publicaron la historia de su empresa, que oficialmente fue acusada en Nigeria en 2015 por haber intentado alterar el rumbo de las elecciones, Hanan dijo que “no había hecho nada ilegal”.

Los mercenarios de la desinformación son así: sin moral, sin remordimientos ni complejos, sin fronteras... listos a operar a favor de quien tiene los recursos para pagarles.

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