Suelos fértiles permiten producir mejores cultivos
La actividad agrícola en el Ecuador representa el 7% del PIB nacional. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), se calcula que más de dos millones de personas trabajan en este sector, es decir el 31% de la población.
Para producir más alimentos y de mejor calidad, es necesario contar con un suelo adecuado y productivo. Según la FAO, 15 de los 18 de los nutrientes esenciales para las plantas son proporcionados por una cobertura sana.
Homero Robalino, gerente del Negocio de Abonos de Pronaca, explica que un suelo equilibrado debe contar con 5% de materia orgánica, 25% agua, 25% aire y 20% de elementos minerales, pues dicha estructura facilita el óptimo crecimiento y desarrollo de los cultivos en el tiempo, convirtiéndolo también, en un negocio rentable.
“Con el abono se llega a recuperar la materia orgánica para lograr su equilibrio. Le devuelve la actividad biológica y condiciones físicas al suelo, ayudándolo a que se descompacte y retenga agua, lo que favorece la absorción de nutrientes”, menciona.
Anualmente, Pronaca produce 15.100 toneladas de abonos procesados para consumo nacional en sus plantas de Guayas (Bucay - El Triunfo) y Pichincha (Santo Domingo, La Concordia y Tambillo). Los productos son elaborados con el cien por ciento de los desechos orgánicos de sus operaciones y cuentan con algunos componentes que aportan a mantener el equilibrio del suelo.
Lea también: En Ecuador se impulsa la agricultura regenerativa
Materia orgánica, clave para cultivos de exportación
Según datos del Banco Central del Ecuador, las exportaciones agrícolas representan más del 50% de las no petroleras, siendo el banano uno de los productos principales. Solo entre enero y agosto de este año éste alcanzó los 2.572 millones de dólares por concepto de envíos.
De acuerdo a la Encuesta de superficie y producción agropecuaria continua ESPAC 2022-INEC, a lo largo del territorio nacional se cultivan 160.000 hectáreas de banano para la exportación, una actividad que demanda de gran cantidad de insumos de nutrición, tales como fertilizantes químicos y foliares.
“La aplicación de abono en al menos nueve ensayos realizados en varias zonas bananeras durante la época seca del 2022 y lluviosa de 2023 en la costa ecuatoriana, nos permiten concluir que, luego de 90 días de haberlo colocado, se evidencian mejoras significativas en el vigor del hijo (rebrote) y mayor cantidad de raíces frente al testigo sin aplicación de abono” señala Robalino.
La aplicación de estos productos ofrece además beneficios económicos significativos, pues adelanta cerca de dos semanas la cosecha en un racimo, lo que representa ahorro para el productor y también, mayor utilidad en menor tiempo.
Lea también: La transformación de residuos orgánicos en abono natural beneficia al agro ecuatoriano
