La caída de la demanda de prendas de vestir y textiles de hogar fue drástica en el 2020. Uniformes, vestidos y trajes formales pasaron a segundo plano, la moda se reinventó y adaptó a un nuevo entorno: el hogar.
Con este cambio algunas líneas registraron un movimiento inusual, ese fue el caso de prendas básicas, cómodas y de protección, así como la ropa interior, deportiva, de cama, mantas, cobijas, toallas y sábanas.
La industria confeccionista se ha ido haciendo eco de estos cambios y ha adaptado su oferta de moda a las nuevas tendencias. Así lo hizo
Cornejotex que renovó rápidamente su portafolio con ítems nuevos y diferentes a su ‘core business’ (actividad principal), combinando moda con la protección, a través del uso de telas con tecnología anti fluido y repelencia de líquidos.
“La creación de líneas de vestimenta ‘homewear’ (para casa) también fue importante, líneas de ropa cómodas, que permitan poder trabajar desde casa, con la seguridad de verse bien en una reunión virtual y a la vez cumplir con las tareas cotidianas del hogar", asegura su gerente general, Andrés Cornejo.
Esta compañía quiteña, con más de 25 años en el mercado, ha ido reactivando de a poco sus operaciones.
Este año su línea de negocio principal seguirá siendo la de tejido de punto, con la que está trabajando muy fuerte en el segmento de moda.
Si bien este año es muy complejo para la actividad, el empresario confía en que con el apoyo de sus clientes podrá mantener sus planes de producción.
Cornejotex invirtió aproximadamente 300.000 dólares en una máquina para screen printing de última tecnología, el equipo para la impresión digital de prendas le permitirá ofrecer mejores productos y expandir sus líneas. Algunas de las firmas con las que trabaja son De Prati, Etafashion, Corporación Favorita y Corporación el Rosado.
Otra empresa que tiene el reto de dinamizar su facturación es
Areldi, la fabricante de prendas en tejido denim, drill y corduroy, se ha propuesto este año ampliar sus puntos de venta a nivel nacional, así como mejorar sus precios y perfeccionar las piezas, tanto en acabados, calidad y modelos.
Su director comercial, Fabián Pachar, señala que en lo que respecta a diseños se optará por los clásicos y de trabajo con gran énfasis en su durabi lidad.
Su planta trabaja con el 70 por ciento del personal que tenía en 2019, año en el que elaboró 90.000 prendas, pero el 2020 la cifra bajó a 60.000.
Un 2020 igual de complicado lo tuvo
Confecciones Karina, empresa que por 41 años se ha dedicado a la fabricación de ropa formal, casual, deportiva, abrigos, chaquetas, vestidos, blusas, pantalones y uniformes corporativos. Su gerente propietario, Fabián Escuntar, afirma que si bien
su planta se adaptó a la fabricación de prendas de protección esto no alcanzó para cubrir la facturación.
El año pasado la compañía produjo más de 6.000 trajes de bioseguridad y 200.000 mil mascarillas, pero se quedaron estoqueados con 160.000, pues según cuenta, el gobierno, los municipios y la empresa privada prefirieron importar de China las mascarillas.
Escuntar espera que el nuevo gobierno tome en consideración a la industria textil y de confección, pues son generadoras de una gran cantidad de mano de obra.
Para este 2021 la empresa tiene previsto trabajar al 50 por ciento de su capacidad instalada en la producción de ropa casual y deportiva, al menos hasta que se reactive la línea de uniformes.
Este año Confecciones Karina tiene previsto trabajar con el 50 por ciento de su capacidad instalada.
Emprendimiento
El apoyo y desarrollo de emprendedores de moda es el frente en el que trabajará
WorkCloth este año. Esta empresa confeccionista ofrece la opción de crear una marca propia de ropa a quienes quieren empezar un negocio en este segmento.
El CEO de esta firma, José Antonio Toledo, detalla que la compañía tiene 15 años maquilando y elaborando uniformes y moda para cerca de 20 marcas, entre ellas De Prati, Maximoda, Media Luna, Eli Rose, entre otras.
Los emprendedores, comenta, tienen grandes ideas, pero muchas se frenan por el desconocimiento del mercado. Por lo que
su propuesta apunta hacia un trabajo colaborativo que les permita vender su marca.
“A más de sacar producciones a la medida y ayudarles a obtener mejores precios con los proveedores los acompañaremos en la comercialización de sus prendas", enfatiza. Toledo indica que actualmente el mercado ya está saturado con trajes de bioseguridad y mascarillas, por lo que es necesario trabajar en prendas diferentes. A mediados de este año
WorkCloth tiene previsto producir piezas en denim y cuero.
Javier Díaz, presidente de la
Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), asegura que este año las empresas seguirán ajustando su oferta a las necesidades actuales, con la expectativa que el 2021 mejoren las condiciones de seguridad de las personas por la vacunación, y que se puedan abrir con más normalidad tiendas, distribuidores mayoristas y ferias populares en los diferentes cantones del país.