Los apagones que afectaron a Ecuador durante 2024, causados por una severa sequía que mermó la capacidad de producción de las hidroeléctricas, han puesto de manifiesto la urgencia de diversificar la matriz energética nacional.
La alta dependencia a la generación hidráulica demostró ser una vulnerabilidad crítica. En este contexto, la energía fotovoltaica emerge no solo como una alternativa viable, sino como un pilar fundamental para la estabilidad energética del país.
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La principal ventaja de la energía solar es su fiabilidad. A diferencia del agua en los embalses, el sol es un recurso inagotable y predecible, asegura Gino Pinargote, gerente general de Genera.
“La riqueza de un país en materia energética está en su diversificación y la energía fotovoltaica es una alternativa importante en Ecuador donde radiación solar es abundante, especialmente en zonas de la Costa y de la Sierra, para garantizar un suministro constante”, explica Pinargote.
Más allá de la seguridad energética, la inversión en proyectos solares trae consigo importantes beneficios económicos, puesto que la generación de energía fotovoltaica no solo se traduce en un ahorro en la factura de electricidad, sino que también genera un retorno de inversión.
Las empresas y particulares que instalan paneles solares se convierten en dueños de un activo que produce ingresos a largo plazo, creando un modelo económico sostenible.
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A estos beneficios se suman los ambientales. La generación de energía solar es un proceso limpio que no produce gases de efecto invernadero.
Las empresas que adoptan esta tecnología contribuyen activamente a la reducción de su huella de carbono, alineándose con las tendencias globales de sostenibilidad. Este compromiso ambiental les abre además las puertas a fuentes de financiamiento más accesibles, incentivando aún más la transición hacia una economía verde.
En los últimos años, el sector privado ha sido el motor de la expansión fotovoltaica en Ecuador, derribando el mito de que esta tecnología es inaccesible.
Genera, por ejemplo, ha ejecutado más de 150 proyectos de energía solar en diversas partes del territorio nacional como Guayas; Santa Elena, Manabí, Pichincha y Azuay, que suman aproximadamente 8 megavatios entre obras ejecutadas y en desarrollo.
La empresa ofrece dos modelos de financiamiento para que los clientes cuenten con energía fotovoltaica. La primera es a través de la compra de la planta de generación; y la segunda, mediante contratos de servicio de energía a una tarifa menor con relación a la distribuidora eléctrica, permitiendo a los clientes convertirse en propietarios de los equipos después de un tiempo estipulado.
Con el respaldo de una garantía y asistencia técnica, la inversión se presenta como una apuesta segura tanto para el sector industrial como para el residencial, manifiesta Pinargote.
La transición hacia una matriz energética más diversificada y sostenible, con la energía solar a la vanguardia, es el camino para que Ecuador no vuelva a enfrentar apagones y garantice un futuro energético más brillante y seguro.