El trabajo doméstico es uno de los principales motores de la economía ecuatoriana: aunque no se remunera ni se reconoce formalmente, representa el 21 % del PIB nacional.
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo revela que en el Ecuador existe una brecha salarial de género del 9.3%. Sin embargo, de acuerdo con otros estudios la cifra es aún más grande.