Nuevas carreras se suman a la oferta de los institutos

Sandra Armijos Medrano
La carrera de criminalística es una de las más antiguas del Instituto Superior Tecnológico Policía Nacional, la última en abrirse fue la de análisis delictual.

La necesidad de contar con profesionales especializados en determinadas áreas impone nuevos retos en materia de formación a los institutos técnicos y tecnológicos. Temas relacionados a la seguridad, competitividad y la preservación de los saberes ancestrales son algunos de los aspectos en los que se han enfocado algunas carreras.

Con una oferta centrada principalmente para el personal de la fuerza pública, el Instituto Superior Tecnológico Policía Nacional (ISTPN), por ejemplo, ofrece las carreras de tercer nivel de técnico superior y tecnólogo superior en áreas relacionadas a la prevención, investigación del delito e inteligencia antidelincuencial. Una de las últimas en abrirse fue la de análisis delictual, esta, comenta el general de Distrito y director Nacional de Educación de la PN, César Zapata Correa, surgió de las recomendaciones de los expertos en seguridad público-privadas de América Latina y el Caribe, durante la Clínica de la Seguridad Ciudadana, realizada en Ecuador en el 2015.

El objetivo de esta carrera -destaca- es formar a tecnólogos en análisis delictual que tengan la capacidad de sistematizar datos, realizar análisis multidimensionales, diseñar estrategias de prevención, investigación e inteligencia.

“En el 2020 graduamos a nuestros primeros tecnólogos en análisis delictual con 25 servidores policiales que actualmente se encuentran prestando el servicio a nivel nacional. Esto nos ha permitido desarrollar políticas muy importantes en el combate a la delincuencia y el delito específicamente en la reducción de los índices de criminalidad, la carrera es pionera a nivel nacional e internacional”, menciona.

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El ISTPN es el precursor en ofrecer este tipo de formación y a su oferta se suman las carreras de criminalística, investigación de accidentes de tránsito, y seguridad y orden público. Su infraestructura está equipada con tecnología moderna, así como con laboratorios y áreas especiales para análisis balístico, documentación, medicina legal e informática y fotografía forense. Para sus prácticas preprofesionales cuenta con convenios interinstitucionales con el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y el de Atención Integral a las Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores.

Zapata señala que el centro de estudios está en proceso de convertirse en instituto superior universitario, una denominación que permitirá ofrecer la carrera de tecnología universitaria en criminología, así como crear especializaciones y maestrías tecnológicas para profesionalizar no solo al personal policial, sino también a la sociedad civil.

Tecnología

Con el crecimiento del número de smarphones también vino la avalancha de aplicaciones móviles, por lo que los institutos han puesto a disposición una oferta académica en este campo. Ese fue el caso del Instituto Superior España (ITSE), que en el 2019 lanzó su Tecnología Superior en Desarrollo de Software.

Su rector, Epsilon Meléndez, cuenta que esta es una de las cuatro carreras más demandadas a nivel nacional, y que la misma ha abierto nuevas plazas de trabajo, tales como: desarrollador senior, programador, director TI, analista de base de datos, desarrollador móvil, técnico Big Data y consultor TIC.

“Esta carrera está orientada a hacer frente a los desafíos de los contenidos y las capacidades, así como la conectividad”, manifiesta.

La carrera ofrece las modalidades presencial, semipresencial y online, y el título se lo obtiene en 2 años y medio. Meléndez destaca que desde las aulas del ITSE han surgido apps con gran potencial, tales como ‘Las huecas de mi barrio’ para la promoción de pequeños restaurantes de la ciudad de Latacunga; Latactouristic, una guía turística del mismo cantón; y CHEFOS, una aplicación especializada en recetas de la gastronomía latacungueña.

Entre las carreras tecnológicas que ofrece el ISTE están también: administración, administración financiera, marketing, gestión financiera – empresarial, y próximamente en abrirse desarrollo infantil integral y las tecnicaturas en enfermería, laboratorio y asistencia notarial.

Carreras enfocadas en seguridad, tecnología, interculturalidad y en la economía popular y solidaria son algunas de las nuevas ofertas de los institutos.

Por otro lado, la necesidad de fortalecer la competitividad de las organizaciones de la Economía Popular y Solidaria (EPS) e impulsar la reactivación económica, llevó el año pasado al Instituto Tecnológico Universitario Rumiñahui (ISTER) a ofrecer la carrera de técnico superior en EPS. La propuesta académica tiene una duración de un año y está disponible en modalidad online.

Su malla curricular contempla contenidos como: gestión administrativa, organizacional, de crédito y cobranzas, doctrina del cooperativismo, administración financiera, gobernanza, planificación estratégica, marketing, entre otros.

Su campo laboral incluye a: cooperativas, unidades económicas productivas, talleres artesanales, microempresarios, organizaciones comunitarias, comercios, instituciones públicas o gubernamentales o emprendimientos cooperativos, asociativos y comunitarios.

La coordinadora de la carrera, Mónica Loachamín, cuenta que el sector de la EPS juega un papel importante en el desarrollo del país con más de seis millones de socios vinculados, y distribuidos en alrededor de 16 mil organizaciones a nivel nacional, por lo que la institución vio la importancia de formar profesionales que transformen a estas organizaciones.

“La presencia de una gran cantidad de ellas dentro del sector asociativo, comunitario y cooperativo, demanda de profesionales técnicos capaces de contribuir y aportar en dichas organizaciones donde por su naturaleza y los principios que las rigen -en cuanto a anteponer al ser humano sobre el capital- tienen la capacidad de permitir que los sectores más vulnerables puedan acceder a fuentes de crédito y actividades productivas”, expresa.

El ISTER ofrece también las tecnologías superiores en administración, desarrollo de software, producción multimedia, turismo, gastronomía, electricidad, electrónica, así como la tecnicatura superior en enfermería. Además, espera la aprobación de cinco carreras más, así como de las tecnologías y maestrías universitarias.

Interculturalidad

Christian Almeida, director de la carrera de Ciencias y Saberes Ancestrales del Instituto Superior Tecnológico Particular Los Andes de Estudios Sociales (ILADES), señala que actualmente dentro del sistema nacional de educación superior las plazas laborales están cada vez más saturadas, por lo que las ciencias y saberes ancestrales se perfilan como un área para emprender y fortalecer la identidad cultural.

Para quienes deseen profesionalizarse en este campo, ILADES ofrece una carrera de tecnología en esta rama. La propuesta fue aprobada el año pasado y se constituye en un importante hito a nivel de educación superior, pues no existía ninguna titulación académica de esas características en el Ecuador.

Estudiantes de la carrera de ciencias y saberes ancestrales del ILADES durante las actividades de investigación y vinculación.

La malla curricular de la tecnología superior en ciencias y saberes ancestrales, incorpora el estudio de la cultura e idioma kichwa, saberes y turismo ancestral, etnomedicina, ritualidad, oral y simbología andina, diversidad biológica, soberanía alimentaria, saberes herbolarios, relaciones interculturales, entre otras materias. Su modalidad de estudio es presencial y tiene una duración de cinco periodos académicos (2 años y medio).

La carrera reconoce también la experticia laboral probada de al menos cinco años, en el caso de yachaks, taitas, mamas, uwishines, ponés y otras personas de sabiduría. Su campo ocupacional es de promotor y gestor cultural en instituciones públicas o privadas, juntas parroquiales, gobiernos autónomos descentralizados, centros culturales, museos, fundaciones, operadoras turísticas.

Los estudiantes de ILADES pueden realizar prácticas profesionales en distintas comunidades y pueblos de la serranía, amazónicos y afroecuatorianos. Actualmente, mantiene un convenio interinstitucional con la comunidad Tsáchila.