Quito.- Indígenas y sindicatos de oposición cumplen una
marcha por "la dignidad y la vida", y pujan con el oficialismo por captar la adhesión de los ciudadanos de cara al "paro nacional" convocada por los primeros para el próximo 13 de agosto.
La marcha, convocada por la
Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), llegó el jueves a la ciudad de Cañar, donde cientos de personas se sumaron a la caminata contra el Gobierno.
Tras haber pasado por las ciudades andinas de Loja y Cuenca, los manifestantes superaron la mitad del recorrido, de algo más de 700 kilómetros, que prevé concluir en Quito, para fortalecer el
"paro nacional" convocado por sus aliados del Frente Unitario de Trabajadores (FUT).
Organizaciones de izquierda, ambientalistas, estudiantiles, campesinas y de profesionales apoyan las acciones de los sindicatos e indígenas, que han hecho un llamamiento a la ciudadanía para fortalecer la protesta por rectificaciones del Gobierno.
No obstante, la
Conaie y el FUT han marcado distancia con los movimientos opositores de derecha, que también han protagonizado protestas intermitentes desde hace unos dos meses contra proyectos legales del Gobierno, sobre todo los que prevén aumentar impuestos a la herencia y la plusvalía inmobiliaria.
El oficialismo, por su parte, ha recibido el apoyo de otras organizaciones campesinas, barriales y sociales, que cuestionan las acciones contra el Gobierno.
El propio presidente
Rafael Correa recibió el jueves el respaldo público de organizaciones de transportistas en un masivo acto que se realizó en Quito y donde los conductores ratificaron que no paralizarán sus actividades.
En ese acto, Correa criticó a los dirigentes sindicales e indígenas por las acciones de protesta contra su Gobierno, pues a su criterio solo apoyan las intenciones supuestamente desestabilizadoras de los grupos de derecha.
"Ya no estamos dispuestos a tolerar que una engreída minoría quiera imponernos su agenda", dijo Correa a los transportistas y señaló que los opositores no han logrado demostrar que los proyectos de leyes de herencia y plusvalía afecten a los pobres y a la clase media, como han advertido en las protestas.
El mandatario remarcó que
su Gobierno solo "se somete al pueblo, a ningún grupo de poder" y reiteró que, según su criterio, a la oposición solo le quedan mecanismos de violencia para tratar de llegar al poder, pues dijo que en las elecciones el oficialismo les ganaría.
Correa aseguró que unas últimas encuestas de las que dispone señalan que un
67 por ciento de la población apoya su gestión y por ello desafió a la oposición a medir fuerzas en los comicios presidenciales del 2017.
Aunque volvió a repetir que no quiere presentarse en esa contienda electoral, Correa, quien gobierna Ecuador desde enero de 2007, justificó las enmiendas que permiten la reelección indefinida.