En la segunda reconstrucción de los hechos del caso Malvinas participaron cuatro militares implicados, que se acogieron a la cooperación eficaz. Sin embargo, faltó un quinto uniformado, que también accedió a esta figura y cuyo testimonio podría ser clave, según su abogado, quien además indicó que el procesado ha recibido amenazas.
Entre el domingo 27 y la madrugada del lunes 28 de abril se llevó a cabo una nueva pericia en la investigación por la presunta desaparición forzada de cuatro menores de edad del sur de Guayaquil, quienes fueron detenidos por dos patrullas con 16 militares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
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Durante la diligencia, cuatro uniformados, que se acogieron a la cooperación eficaz, revelaron que Steven Medina (11 años), Josué Arroyo (14 años) y Saúl Arboleda e Ismael Arroyo (15 años) recibieron una serie de agresiones, que podrían derivar en tortura, en el trayecto y en un camino de tercer orden de la parroquia Taura, cantón Naranjal.
Los cooperantes señalaron como responsables de estos golpes a cuatro militares, uno de los principales sería el subteniente John Henrry Z. E., quien lideraba al grupo.
Las nuevas versiones indican que el subteniente dio la orden para trasladar a las víctimas hasta Taura y los demás implicados habrían seguido el mandato del oficial de más alto rango en las patrullas.
Sin embargo, la versión del cabo Moisés Israel L. L., el quinto cooperante que no pudo estar en la última reconstrucción de los hechos, sería clave para unir las piezas de este rompecabezas.
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Leonardo Toledo, quien representó a Mayra Salazar en el caso Metástasis y ahora es abogado de Moisés Israel, comentó a Vistazo que su defendido no llegó a la diligencia por trámites y logística.
Sin embargo, recalcó que el cabo también accedió a colaborar con la justicia y que “su testimonio será importante” en las próximas etapas del proceso, ya que el militar estuvo dentro de la camioneta en la que se movilizaba el oficial John Henrry Z. E.
“Sabe lo que venía diciendo el subteniente”, indica Toledo, quien prefirió no dar mayores detalles, pero aseguró que “toda la verdad” se conocerá el día del testimonio anticipado.
Este miércoles 30 de abril culminó la instrucción fiscal del caso Malvinas y luego se prevé que la Fiscalía pida fecha y hora para la audiencia preparatoria de juicio. Posteriormente, se darían los testimonios anticipados de los uniformados cooperantes.
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“El cuco de que el abogado de Mayra Salazar llegue al caso fue lo que hizo que rompieran filas”, asegura Toledo, pues menciona que Moisés Israel comentó a los compañeros en la cárcel de Latacunga que estaba buscando al jurista para que los representara. Entonces, los demás se habrían puesto en alerta de que el cabo iba a revelar información.
Y es que en la primera reconstrucción de los hechos, los 16 militares se mantuvieron en una misma versión: que planeaban trasladar a las víctimas a una unidad policial de la parroquia Virgen de Fátima, pero luego se desviaron por otro camino y en Taura liberaron a los menores luego de que ayudaron a mover un árbol.
En aquella pericia no comentaron sobre las constantes agresiones que habría recibido el niño y los tres adolescentes, algo que los militares cooperantes sí detallaron con amplitud en la segunda reconstrucción.
Agregó que “lo más sorprendente” es que el antiguo abogado de la mayoría de militares “los orilló a esa línea de que tenían que hacer un solo bloque porque con un mandato presidencial les iban a dar un supuesto indulto”.
Por otro lado, el jurista recalcó que su defendido no propinó ningún golpe a las víctimas y que solo siguió las órdenes del oficial John Henrry Z. E. “Aquí no son los militares, es el subteniente”.
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El jurista dijo que solicitó el traslado de su representado desde la cárcel de Latacunga hasta otra prisión porque ha recibido amenazas por parte de los procesados que no se acogieron a la cooperación eficaz.
“No solamente amenazas, sino también agresiones físicas”, subrayó.
Este dato también fue mencionado por Abraham Aguirre, abogado de las familias de las víctimas, en entrevista con Vistazo: “De lo que se pudo establecer en la segunda reconstrucción es que probablemente existirían amenazas por parte de un grupo de militares a los cooperantes”.
De hecho, según los juristas, los cuatro cooperantes estarían en la Cárcel 4 de Quito.