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La guerra en la que los combatientes son jóvenes y niños

lunes, 23 septiembre 2019 - 09:28
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“People’s power is more strong than people in power” (El poder de la gente es más fuerte que la gente en el poder), eran las palabras finales que el joven activista Xiuhtezcatl Martinez, director de la organización mundial Earth Guardians, pronunció este viernes 20 de septiembre ante miles de jóvenes en Nueva York, durante una de las protestas más grandes para exigir medidas urgentes contra la crisis climática que atraviesa el planeta. Fue un día histórico. Nunca antes el futuro del planeta ha sido respaldado de esta manera, con miles de protestas en más de 150 países. Aún hay esperanza. 
 
Para 2050, cerca de 200 millones de personas, por año, van a requerir ayuda internacional humanitaria, como resultado de la cruel combinación entre desastres naturales y el impacto socioeconómico que arrastra el cambio climático. Ese número es 12 veces la población actual de Ecuador, o el total de personas que hoy habitan Brasil. ¿Imaginas la catástrofe que esto significaría? 
 
Si a la crisis climática le sumamos que actualmente la guerra en Siria ha provocado el desplazamiento de más de la mitad de su población, que en Yemen 4 de cada 5 personas pasan necesidades y están al borde de la hambruna, que el año pasado hubo más de 40 millones de desplazados internos por conflictos y 22 millones de refugiados, cifras nunca antes registradas; entonces podríamos pensar que el panorama dantesco no podría ser más desesperanzador, pero no es así.
 
Aún hay mucho que se puede hacer por el futuro de las más de 7.500 personas que habitan el planeta y las millones que están por venir. La huelga mundial por el clima de este viernes lo demostró.
 
Empezando por Australia, en donde 300.000 personas se reunieron para lanzar proclamas en como "no existe un Planeta B". Las manifestaciones masivas siguieron en África, el continente más golpeado por este problema, en Sudáfrica por ejemplo, se reportaron marchas desde Ciudad del Cabo, hasta Durban y Johannesburgo. Centenares salieron a marchar en Kenia y Uganda bajo la consigna "la juventud se vuelve verde".
 
Brasil fue uno de los países latinoamericanos que protagonizó una de las principales protestas. Miles de jóvenes marcharon por las calles de Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte y Recife, levantando carteles con mensajes ecológicos y en contra el polémico presidente Jair Bolsonaro, quien parece no creer que este sea un verdadero problema, y a quien acusan del desastre en la Amazonía.  
 
Tanto en México como en Ecuador, decenas de jóvenes exigieron a sus gobiernos que se declare una emergencia climática nacional que conlleve acciones de reparación a los ecosistemas afectados por las actividades extractivistas. 
 
“Haremos que nos escuchen”
En Nueva York, se alzaron las voces de casi 250.000 personas: "¿Qué queremos? ¡Justicia climática! ¿Cuándo la queremos?, ¡ya!". Carteles que muestran al planeta en llamas, rostros pintados con las palabras “Strike” (huelga), y una marcha en la que prevalecían caras jóvenes y hasta de niños y niñas, demuestran que esta es la única guerra en la historia en la que los más pequeños están batallando. 
 
 
"Salvar a nuestro Planeta", "No podemos decir que no lo sabíamos", "No hay plan B" o "Es la ciencia, estúpido", la protesta en Manhattan estuvo liderada por la joven activista de 16 años, Greta Thunberg, en cuyo discurso criticó a todos los políticos del mundo por su inacción ante el severo daño que sufre el planeta: “las mentiras son las mismas… en ningún lugar he encontrado a alguien en el poder que nos diga las cosas como son. Ellos tienen la oportunidad de probar que realmente nos escuchan, ¡haremos que nos escuchen!”.
 
No fue un viernes común. Miles de jóvenes faltaron a clase para poder marchar. “¿Para qué estudiar por un futuro que nos ha sido arrebatado, que nos lo han robado para lucrar? ¿Cuál es el punto de educarnos si la gente se rehúsa a escuchar a quienes hemos estudiado?”, así justificaba Thunberg, de manera cruda pero nunca antes más real, la ausencia escolar durante esta huelga mundial. 
 
Y es que ante la ausencia de posturas sensatas en la política mundial, esta joven sueca que viajó en bote desde el viejo continente hasta Estados Unidos, es el verdadero rostro de la lucha por el futuro de todos: “Hacemos esto para que nuestros líderes actúen, nos merecemos un futuro seguro y les exigimos un futuro seguro, ¿es eso mucho pedir?”. 
 
 
Gracias a Greta y a los miles de jóvenes y niños que salieron a marchar hoy, la esperanza de recuperar al planeta se mantiene viva. Para lograrlo, los adultos que siguen consumiendo de forma indolente los recursos de la tierra, deben despertar y empezar a escuchar a aquellos que solo aspiran tener un futuro. 
 

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