<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

El "Milagro de los 7 minutos" en la limpieza japonesa

miércoles, 14 abril 2021 - 03:42
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

 

El “milagro de los 7 minutos” es una rutina de limpieza implementada por un equipo japonés para dejar impolutos cada uno de los 17 vagones de los 120 trenes bala que llegan a Tokio. La prensa la denominó así porque es el tiempo total que le toma a estas 44 personas lograr su objetivo.

Los trenes bala, o Shinkansen, fueron inaugurados para los juegos Olímpicos de Tokio de 1964, con un sistema de limpieza que dejaba mucho que desear: adolecía de problemas organizativos, había muchas quejas de pasajeros y sus empleados tenían baja autoestima. La situación era tal que en 2005 se le encargó la tarea de reformar la empresa de limpieza al ejecutivo Teruo Yabe.

Una de las claves de Yabe fue sustituir los manuales de limpieza por las sugerencias de los mismos empleados que sabían cómo era la limpieza de ese espacio en concreto, en la práctica. El hombre también creó una vigorosa coreografía de limpieza a la cual llamó el “Teatro Shinkansen de los 7 minutos”.

Incluso adaptó ideas de vestuario, como camisas hawaianas en verano, y estableció un sistema de ascensos que terminó de elevar la moral del equipo. Así fue como dio inicio el “milagro de los 7 minutos”, que 16 años después de su implementación, sigue sorprendiendo al mundo con su eficacia.

EL MÉTODO
Los Shinkansen oy alcanzan velocidades de 320 kilómetros por hora y tras llegar a su destino, los pasajeros tienen tres minutos para desalojar los vagones. En este tiempo la gente recoge sus desechos generados en el viaje, como envolturas de comida, servilletas usadas, diarios y botellas de bebidas vacías; y se los entregan a un equipo de limpieza cuando salen.

Cabe recalcar que la red Shinkansen abarca 2765 kilómetros y transportan un millón de pasajeros por día y 23,08 mil millones de pasajeros por año, según las cifras oficiales.

Cuando el último pasajero ha salido, el cronómetro del tren marca 6:59 y empieza su cuenta regresiva. Una sorprendente y vertiginosa coreografía da inicio en los vagones, se trata del personal que limpia cada asiento, mesilla, apoyabrazos y ventanilla. Abren las cortinas y orientan los asientos en la dirección en la que el tren partirá.

Aún les queda tiempo. Barren el suelo, cambian las fundas de las cabeceras de los asientos y hasta limpian los baños. Si un inodoro está muy sucio le ponen un aviso de “No usar”; y parten a registrar y guardar los objetos olvidados.

El personal lo hace en 7 minutos y cuando baja del transporte, finalmente el reloj marca 00:00. Una nueva ola de pasajeros se acerca, y tiene dos minutos para desplegarse por todo el vagón. Luego, el tren se pone en marcha y los empleados lo despiden con un gesto que en el pasado estuvo reservado para los monarcas: el torso inclinado hacia adelante, manos en los costados y mirada hacia el suelo.

Esta rutina rápida y eficaz ha impactado al mundo y ha sido objeto de análisis de varias de las universidades más prestigiosas del mundo, como la Escuela de Negocios de Harvard (HBS por sus siglas en inglés), que lo asignó como un caso de estudio obligatorio.

Japón, de por sí es un país donde los colegios entrenan sus alumnos para formar equipos que limpian aulas, corredores y baños. Sin embargo, en cualquier parte, Yabe es admirado por su capacidad de reformar una empresa en crisis y por sistematizar algo tan variable como la limpieza.

Más leídas
 
Lo más reciente