En Siria, combatientes insurgentes islamistas que tomaron el poder del país tras llegar a la capital, Damasco, y derrocar el régimen de Bashar al Assad, invadieron una de las prisiones más temidas durante el mandato del expresidente, llamada Saydnaya. Cientos de prisioneros, incluidos niños pequeños, quedaron en libertad.
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Situada al noroeste de la urbe referida y referida como un “matadero humano” por la extrema brutalidad de actos fueron reportados a lo largo de años, era considerada como un símbolo de atrocidades cometidas por la familia Al Assad durante más de 50 años en los que dirigió la nación.
Vídeos que circulan en redes sociales muestran a los reclusos celebrando su libertad entre lágrimas y risas. "¡No tengan miedo! ¡Bashar al-Assad ha caído!", grita uno de los rebeldes mientras guía a un grupo de prisioneros hacia la salida, entre quienes se encontraban madres con sus hijos pequeños.
Según informes de Amnistía Internacional, entre 2011 y 2016, hasta 13 mil personas fueron ejecutadas en secreto en esta prisión. Incluso se registraron casos, asegura la organización, de tortura extrema que precedía la muerte.
El uso de una “prensa hidráulica de hierro” para pulverizar los cuerpos de los prisioneros fue uno de los relatos filtrados que más eco tuvieron en la ciudadanía. Esta prensa era supuestamente utilizada para triturar los huesos de cuerpos colgados.
En 2013, un desertor del ejército sirio conocido como "César" filtró a la prensa internacional más de 53 mil fotos que habrían sido tomadas dentro del recinto carcelario y documentaban el alcance de la brutalidad en estas cárceles, mostrando cuerpos desfigurados por la tortura, enfermedades y hambre.
Miles de sirios han comenzado a salir a las calles en busca de familiares y amigos que no han visto en años, desde que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad del régimen.
Al mismo tiempo, el Mando de Operaciones Militares de la coalición de grupos islamistas y proturcos responsable de la toma de poder proclamaba a la capital siria, una de las ciudades más antiguas del mundo, "libre del tirano Bashar al Assad".
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El primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, aseguró este domingo que tiende su mano a "todo sirio que se interesa por este país para preservar sus instituciones", en un vídeo publicado después de que los insurgentes islamistas tomaran el control de la capital.
En ese sentido, dijo estar dispuesto a dar "todo tipo de facilidades" para transferir "los expedientes gubernamentales sin problemas y de forma sistemática para preservar las instituciones del Estado", a las nuevas autoridades que asuman el poder.
Al Assad, por otro lado, se encuentra refugiado en Rusia, país al que llegó tras abordar una aeronave privada, justo cuando los combatientes insurgentes llegaron a Damasco.