Fotos: Luis Fernando Rodríguez
Guayaquil bordea los tres millones de habitantes y es un motor comercial que, según reveló el último censo económico, anualmente genera ventas mayores a los 35 mil millones de dólares. La cifra es incluso superior al Presupuesto General del Estado.
Como homenaje a sus 480 años de fundación mostramos algunos de sus íconos con la ayuda de un drone. Gracias a esta aeronave a control remoto se pueden apreciar detalles que desde tierra son difíciles de observar.
THE POINT, más conocido como “El tornillo”. Es la construcción más alta de la ciudad y forma parte de “Ciudad del Río”, un complejo inmobiliario autosuficiente ubicado en una zona privilegiada: entre el cerro Santa Ana y el río Guayas.
SAN VICENTE FERRER destaca en la fachada de la Iglesia de Santo Domingo, la más antigua de la ciudad. Fue erigida por misioneros dominicos europeos en 1548, al pie de Las Peñas. Entre las joyas interiores está una imagen del Cristo Crucificado que se presume fue hecho por Caspicara, uno de los maestros de la Escuela Quiteña.
TORRE MORISCA. Fue inaugurada el 24 de mayo de 1931. Posteriormente el arquitecto catalán Juan Oraus Madinyá modificó la ornamentación dándole un toque árabe, a pedido del Cabildo. La torre octogonal alcanza una altura de 23 metros. El reloj es de origen inglés, llegó en 1842 y estuvo inicialmente sobre un antiguo palacio municipal.
PLAZA DE LA MÚSICA. Inaugurada en 2006. Forma parte de la segunda etapa del Malecón del Salado, junto al puente de la Calle 17. Es un espacio, en la antesala del suburbio oeste, ideado para actividades culturales gratuitas al aire libre.
LA ROTONDA. Monumento construido en 1938 en homenaje al encuentro de los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín, efectuado en 1822, donde decidieron la anexión de Guayaquil a la Gran Colombia. Las estatuas fueron moldeadas en Barcelona, España. Las placas con altorrelieves fueron fundidas en Florencia, Italia.
PARQUE SAMANES. Cuenta con 851 hectáreas, incluido el Bosque Protector Cerro Colorado. Es parte del proyecto gubernamental “Guayaquil Ecológico”. En la primera fase que abarcan 47 hectáreas, se invirtieron 71 millones de dólares. Cuenta con canchas deportivas, juegos infantiles, un estadio para ocho mil personas, camineras y más.
DRONEANDO
“El drone me fascinó por su libertad de movimiento”, cuenta Luis Fernando Rodríguez, un empresario guayaquileño de 40 años, gerente-propietario de un call center, quien es también un aficionado a la fotografía. Su contacto con la navegación aérea lo empezó con el aeromodelismo, pero confiesa que esto lo ataba a pistas y escenarios específicos.
Antes que nada, Rodríguez nos aclara que aunque comúnmente estos aparatos se los conoce como drones, técnicamente se trata de multirrotores, pues cuentan con cuatro hasta ocho hélices con las que logran un alto nivel de estabilidad y movilidad.
“A diferencia de un avión a control remoto, el multirrotor tiene la capacidad de despegar de donde quiera, aterrizar donde quiera, moverse donde yo quiera. Además, con la tecnología se puede lograr alejarlo y ver lo que capta su cámara, en tiempo real, hasta a unos siete kilómetros de distancia. Eso abre una ventana gigantesca de posibilidades para fotografía o videografía aérea”, añade.
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