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El riesgo del cáncer por exceso de carnes procesadas y rojas

jueves, 3 diciembre 2015 - 12:01
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El consumo excesivo de carnes procesadas y rojas ha sido asociado con algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares desde hace muchos años. La clave es la moderación.

Hace casi una década, el departamento de Epidemiología y Genética del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos lanzaba un comunicado sobre un llamativo hallazgo de un estudio liderado por la doctora Amanda Cross. Sus investigaciones ofrecían evidencia de que la gente que consume grandes cantidades de carnes procesadas y rojas tenía mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, especialmente colorrectal, que aquellas personas que las consumían con moderación. Esa última parecería ser una palabra clave para aclarar la polémica surgida a raíz de la publicación de la advertencia lanzada por la OMS sobre estos alimentos.

La Sociedad Americana del Cáncer ubica a la alimentación alta en carnes rojas y procesadas como un factor que puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Aparecen además en este listado: la falta de ejercicio, el sobrepeso, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Esta entidad aclara en su documento referente a las causas del cáncer colorrectal que los factores de riesgo no lo indican todo, que tener uno o varios factores de riesgo no necesariamente significa que esa persona padecerá la enfermedad y que, inclusive, algunas personas que tienen cáncer colorrectal no presentan ninguno de ellos. Sin embargo, hay que recordar que un factor de riesgo es algo que se ha detectado que aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad, por lo tanto lo más sensato resulta evitarlos y concretamente en el caso de las carnes rojas y procesadas consumirlas sí, pero con moderación.

DEL PÓLIPO AL CÁNCER

En algunas personas aparecen unos pequeños crecimientos en el revestimiento interno del colon o del recto que se llaman pólipos. La mayoría no son cancerosos, pero en otros casos son la fase previa al cáncer colorrectal. “El pólipo es un tumor pequeño, al inicio benigno, que con el paso del tiempo se transforma en maligno: empieza como una displasia leve, a displasia moderada, a displasia grave y finalmente cáncer. Cuando el pólipo crece, por el contacto con las heces se lacera su mucosa y se produce un sangrado. Por eso es tan importante que cuando un paciente sangra por el recto acuda inmediatamente al especialista para que le realicen un estudio endoscópico del colon o colonoscopía”, explica el doctor Iván Nieto.


Doctor Iván Nieto, jefe de Gastroenterología
de Solca Guayaquil. Foto: José Dimitrakis

Indica además, que las estadísticas demuestran que cuando una persona sin ningún síntoma se somete a una colonoscopía y se le detecta cáncer al colon tiene una supervivencia más prolongada que aquel paciente que se somete al mismo examen pero ya presentando síntomas como sangrado.

La recomendación es practicarse una colonoscopía a partir de los 50 años y de acuerdo al resultado, el especialista determinará la frecuencia necesaria con que debe realizar este examen en lo posterior. Hacerlo es una medida acertada para evitar o detectar a tiempo el inicio de un cáncer colorrectal.

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