Pekín.- El presidente chino, Xi Jinping, busca establecer un nuevo horizonte para la influencia de la potencia asiática en el mundo con su visita de Estado al Reino Unido, cuya agenda oficial comienza hoy.
Londres aguarda el primer viaje de un jefe de Estado chino de la última década para ampliar sus vínculos comerciales con la segunda economía mundial y cerrar acuerdos de inversión china en empresas británicas, mientras que Pekín pretende exhibir que su potencial también seduce a los países más desarrollados.
"Queremos ser el mejor socio de China en Occidente", afirmó el ministro británico de Economía, George Osborne, el mes pasado en un foro en la capital del país asiático.
El Reino Unido no se conforma con ser el primer receptor de inversión china en la Unión Europea (5.100 millones de dólares el año pasado) y el segundo socio comercial entre los Veintiocho (con un volumen total de 80.900 millones de dólares en 2014).
Pese a la ralentización económica que azota al país asiático, el Gobierno británico fía a las empresas chinas la puesta en marcha algunos de sus grandes proyectos. Así, Xi tiene previsto ratificar durante su visita varios hitos en la irrupción de su país en el tablero global.
China construirá y operará una central nuclear de diseño propio por primera vez en suelo occidental y, por otra parte, la City de Londres se convertirá en el primer centro financiero no chino en emitir bonos de deuda del país asiático denominados en yuanes.
"Los proyectos nucleares son muy significativos. Si China pueda construir plantas nucleares en el Reino Unido, no habrá límites para hacerlo en cualquier otra parte del mundo", explicó recientemente en un encuentro con periodistas Feng Zhongping, vicepresidente del Instituto Chino para las Relaciones Internacionales Contemporáneas.
La industria nuclear china empieza a exportar su tecnología propia, como en su día hizo el sector ferroviario, convertido ahora en uno de los punteros a nivel global y que durante la visita de Xi prevé sumar el Reino Unido a la larga lista de países en los que construye líneas de alta velocidad.
Además, las autoridades chinas, con la complicidad británica, han confiado en la City para que les sirva de puente a uno de sus proyectos más ambiciosos: convertir el yuan (o renminbi) en una divisa de referencia internacional.
Xi jinping también mantuvo un encuentro con
el príncipe Carlos. Foto: REUTERS
"Londres es un centro financiero global que puede jugar un papel muy importante en la internacionalización del yuan, porque esto también consolida la posición de Londres como centro financiero global", aseguró Xu Mingqi, responsable de Estudios Europeos en la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái.
La sed de inversiones ha hecho que el Gobierno británico despliegue la alfombra roja para recibir a Xi, pero Pekín quiere aprovechar la predisposición de Londres a entablar amistad para reforzar el estatus de China como potencia global a falta de pocos meses de que asuma la presidencia de turno del G20.
En este sentido, una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, dijo hoy en rueda de prensa que la visita de Xi servirá, además de para incrementar la cooperación económica, para profundizar "la confianza mutua en asuntos políticos y estratégicos".
El Gobierno británico se ha esforzado por agradar a Pekín a través de gestos simbólicos como solicitar el ingreso en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), impulsado por China, cuando otros países occidentales (sobre todo Estados Unidos) habían dado la espalda a la entidad.
Como continuación a esa estrategia, el primer ministro británico, David Cameron, abrirá a Xi Jinping la puerta del Parlamento para que este exponga su teoría de la "reforma de la gobernanza global", que persigue dar más voz a China en particular y a los países emergentes en general en las instituciones internacionales.
"El discurso de Xi en el Parlamento británico es una ocasión muy importante para que China obtenga más reconocimiento global", apunta Xu.
Pekín tiene presente que el Reino Unido ha sido el principal aliado de Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial y por eso se congratula de sus acercamientos, según Feng, del Instituto Chino para las Relaciones Internacionales Contemporáneas.
A lo largo de su visita, Xi Jinping escenificará esa ascendente sintonía chino-británica y, de paso, tratará de proyectar la imagen de China como una potencia que ya ha emergido y quiere consolidarse. EFE