Dos auditorías internas, ordenadas por la actual administración de TC Televisión, analizaron los gastos del canal y revelaron supuestas irregularidades.
En ellas se revela que el medio incautado por el gobierno del expresidente Rafael Correa, habría pagado hasta los gastos personales de su exgerente, Carlos Coello, y también del exsecretario de Comunicación, Fernando Alvarado.
Desde el 2010 el canal habría gastado casi un millón de dólares en proporcionar seguridad personal, vehículos y otros conceptos para beneficio de los exfuncionarios y sus familiares, según explicó la actual gerente del medio, Martha Moncayo. Incluso, en tres facturas de supermercado por un valor total de $190 se detalla la compra de toallas y Colas.
Pero no solo eso, también TC Televisión habría asumido el costo de hospedajes en hoteles en Guayaquil, y varios pasajes aéreos a favor del exsecretario por un valor de $9000.
Los guardias asignados a Coello, Alvarado y sus familiares, le habrían costado al canal $571.000. Mientras que el uso de 10 vehículos, 5 de ellos de alta gama (incluyendo seguros, depreciación y combustible), ocasionó un gasto de $491.000.
Los gastos encontrados por la auditoría fueron remitidos a la Contraloría General del Estado para que determine si hubo perjuicio a los recursos públicos.
Por su parte Fernando Alvarado, mediante una carta dirigida a la actual Gerente del medio, manifestó que las auditorías realizadas "no tienen sustento legal". Además, anunció que iniciará acciones penales por calumnia y pidió que le remitan toda la documentación de sustento.
Desde el 2008, año de su incautación, hasta agosto de 2017, TC arrojó una pérdida de 6 millones de dólares. Según un informe aprobado por la Contraloría, más de $700.000 se pagó a directivos y empleados del canal por aumentos de sueldo sin justificación, y más de 116 por bonificaciones.
El 14 de mayo de 2018, el presidente de la República, Lenín Moreno, anunció que venderá los medios que controla el estado tras ser incautados. Según el mandatario, las auditorías de la Contraloría y los análisis de su gobierno revelan que la gestión y administración de los medios incautados fueron "totalmente deficientes".
Mientras tanto, no se conocen los detalles de este proceso de venta o los tiempos que implicará vender los medios de comunicación.
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