Fausto Jarrín, exabogado de Rafael Correa y Jorge Glas, ahora asesor del presidente Daniel Noboa
Jarrín también asistió a una reunión en Otavalo con el ministro del Interior, John Reimberg, y dirigentes indígenas.
Fausto Jarrín, conocido por su papel como defensor legal del expresidente Rafael Correa y del exvicepresidente Jorge Glas, ahora forma parte del gobierno de Daniel Noboa como asesor de la Presidencia de la República.
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La información fue confirmada por la ministra de Gobierno, Zaida Rovira, durante una entrevista con Teleamazonas este martes 21 de octubre de 2025.
Según Rovira, “como es público y notorio", Jarrín colabora con el régimen”. Incluso, se le ha visto participando en los acercamientos que ha tenido el Ejecutivo con los movimientos indígenas en el marco del paro nacional contra el Gobierno.
Uno de los primeros encuentros se realizó en Ibarra, capital de Imbabura, epicentro de las protestas convocadas por la Conaie contra el alza del diésel, a finales de septiembre. En esa cita participaron la ministra Zaida Rovira, el asesor presidencial Fausto Jarrín y otros delegados del Ejecutivo, junto a más de cien representantes de los cinco pueblos y nacionalidades asentados en la provincia.
La semana pasada, Jarrín también asistió a una reunión en Otavalo con el ministro del Interior, John Reimberg, y dirigentes indígenas, en la que se pactó una tregua para iniciar mesas de diálogo desde el lunes 20, aunque finalmente el acuerdo no llegó a concretarse.
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Tras la aparición de Jarrín, el expresidente Correa se pronunció en redes sociales el 16 de octubre, con el siguiente mensaje:
Fausto Jarrín: de legislador correísta a asesor del gobierno de Daniel Noboa
Fausto Jarrín fue elegido legislador por Pichincha en 2021, bajo las filas del correísmo.
No obstante, el 14 de julio de 2022 Jarrín renunció a su cargo para dedicarse a su carrera de abogado y defender a miembros del correísmo a quienes consideraba “perseguidos”.
En un comunicado, el abogado explicó que tomaba la decisión para concentrarse en su labor jurídica y dar un paso al frente para “asumir nuevamente al cien por ciento mi labor como defensor de mis compañeros perseguidos”.
Según el escrito, Jarrín consideraba un “inexcusable deber con sus compañeros víctimas del Estado ecuatoriano y su persecución”, en referencia a otros militantes del correísmo. Añadió que, durante cinco años, su principal responsabilidad, tanto en lo político como en lo jurídico, había sido defender a las víctimas del odio y la persecución.
Tras su trayectoria como defensor legal de figuras del correísmo, Jarrín pasó a formar parte del gobierno de Daniel Noboa, asumiendo un papel clave.
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