El presidente Daniel Noboa vuelve a plantear el regreso de los casinos al Ecuador a través de una consulta popular, que tiene previsto celebrarse a finales de año. ¿Qué impacto económico y social causaría la aprobación de esta idea? Por un lado, hay quienes aseguran que podría generar más fuentes de empleo, mientras que otros alertan la vinculación con crímenes como el lavado de activos.
No es la primera vez que el mandatario hace esta propuesta. Para la consulta popular del 2024, Noboa anunció incluir este tema con el argumento de que contribuiría al empleo y la lucha indirecta contra la inseguridad. Además, decía que en caso de ganar el sí, se establecería una tasa en beneficio del tratamiento de la salud mental y la seguridad ciudadana.
Pero después el presidente desistió de la pregunta relacionada con casinos y en un escrito enviado a la Corte Constitucional manifestó que no era oportuna por el contexto de criminalidad que vivía el país.
Más de un año después, Noboa vuelve a poner este tema como parte de las preguntas preliminares para su consulta popular. La diferencia es que ahora especifica que los casinos solo podrán instalarse en hoteles cinco estrellas y que estos deberán entregar el 25% de las ganancias.
La pregunta dice así:
De todos modos, hasta que la pregunta llegue a la papeleta podría sufrir cambios y también debe pasar por el filtro de la Corte Constitucional para que quede firme.
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El fin de los casinos en el Ecuador inició en el 2011, cuando el expresidente Rafael Correa impulsó un plebiscito para prohibir estos negocios porque decía que fomentaban la adicción a las apuestas (ludopatía) y eran la fuente de otros crímenes. La idea obtuvo la aprobación del 52,34% de la población y, un año después, cerraron alrededor de 160 locales.
Pero “los casinos y las apuestas nunca desaparecieron, sino que se volvieron clandestinos”, comenta la doctora Catalina Carpio, exfuncionaria de la extinta Unidad de Inteligencia Financiera del Consejo Nacional Contra el Lavado de Activos.
Agrega que esos apostadores “empedernidos” se agruparon en viviendas o reuniones ocasionales, donde seguían jugando póquer de manera ilegal. Otros, en cambio, se refugiaron en plataformas digitales.
“Mucho dinero del crimen organizado y el narcotráfico se mueve a través de páginas de apuestas, sobre todo las relacionadas con criptomonedas”, señala la experta.
Por otro lado, miles de personas se quedaron sin empleo, incluso sectores altamente transitados, como La Mariscal en Quito, desaparecieron. “Los casinos le daban vida a esa zona, pero desde el 2012 empezó su declive y ahora es un sitio abandonado”.
Carpio explica que el riesgo del lavado de dinero no está en el casino como tal porque se establecen prohibiciones. Por ejemplo, recuerda que hasta el 2012 se podía apostar máximo hasta 10 mil dólares. Más bien cree que el dinero ilícito podría infiltrarse en las inversiones inmobiliarias que se generarían para la creación de estos lugares.
Por su parte, Napoleón Santamaria, experto tributario, indica que Ecuador tiene un bajo nivel de turismo receptivo, por lo tanto, “quienes terminarán jugando en los casinos son los propios ecuatorianos, una parte de esos recursos podrán ser recaudados y lo demás se irán afuera” porque la mayoría de hoteles cinco estrellas son franquicias internacionales.
Él considera que este tipo de negocios fomentan la ludopatía y “atraen consumos novios como la droga, blanqueo de capitales y prostitución”.
Agrega que, en caso de que se apruebe la pregunta, el Gobierno debe implementar una estrategia para atraer a turistas y más empresas que den empleo, sin embargo, a nivel macroeconómico no resuelve los problemas de fondo.
Santamaria cree que se está perdiendo la oportunidad de hacer cambios transformadores. Por ejemplo, menciona que era importante integrar una pregunta sobre el arbitraje internacional y el trabajo por horas para todo tipo de profesiones, no solo para el sector turístico como plantea la reciente propuesta de Noboa.
Sobre la pregunta relacionada con el trabajo por horas en el sector turístico, el experto piensa que también se debió incluir a otras profesiones como los agrícolas o pesqueros.
“La pregunta sobre los casinos ayudará en algo, pero no es algo transformador, necesitamos atraer capitales fuertes”.