El centroderechista Rodrigo Paz asumió este sábado la presidencia de Bolivia, con lo que marca el fin de un ciclo de 20 años de gobiernos socialistas en el marco de la peor crisis económica del país en cuatro décadas.
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El nuevo mandatario, de 58 años e hijo del expresidente Jaime Paz (1989-1993), fue recibido entre aplausos en el Palacio Legislativo de Bolivia, en el centro de La Paz, por los asambleístas y las delegaciones internacionales.
Un torrencial aguacero en el corazón de la ciudad altiplánica marcó los actos oficiales. La Plaza de Armas, donde está Palacio de Gobierno y el Parlamento, se mantuvieron bajo fuerte resguardo policial.
Más de 50 delegaciones internacionales arribaron a la sede de Gobierno de Bolivia, a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Entre los principales asistentes están el vicecanciller norteamericano Christopher Landau y los presidentes Daniel Noboa (Ecuador), Gabriel Boric (Chile), Javier Milei (Argentina), Yamandú Orsi (Uruguay), entre otros.
"Dios, familia y patria: ¡Sí, juro!", expresó el nuevo mandatario. El juramento se lo tomó su vicepresidente Edmand Lara, un exoficial de la policía.
Paz, después de ganar el balotaje de octubre con el Partido Demócrata Cristiano, recibe un país con una aguda crisis económica por escasez de dólares y combustibles.
El gobierno saliente de Luis Arce agotó casi todas sus reservas de divisas para sostener una política de subsidios universales a la gasolina y el diésel.
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La inflación interanual a octubre fue de 19%, después de alcanzar un pico de 25% en julio.
Paz ha prometido recortar más de la mitad de los subsidios a los combustibles y un programa de "capitalismo para todos", que pone el foco en la formalización de la economía, la eliminación de trabas burocráticas y una reducción de impuestos.