<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

El desafío

miércoles, 31 mayo 2023 - 16:08
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

    Cuando Ecuador regresó a la democracia luego de un período de ocho años de dictaduras militares, el presidente del Parlamento Assad Bucaram sostuvo: “La Asamblea lanzará leyes como balas de metralleta”. Se incubó así la primera pugna de poderes con el Ejecutivo liderado por Jaime Roldós. Este anómalo deseo de las legislaturas nacionales de querer gobernar desde el Parlamento, ha sido responsable de las crisis institucionales del país, que incluso costaron el mandato a tres presidentes. Es también responsable de la actual decisión del presidente Guillermo Lasso de disolver la Asamblea y convocar a elecciones anticipadas y en el intermedio gobernar con decretos ejecutivos.

    Por no contar con un bloque mayoritario de asambleístas desde los inicios del mandato de Guillermo Lasso, las propuestas de leyes que el régimen consideraba importantes fueron rechazadas como: la Ley de Fomento a la Inversión y la Ley de Educación Superior y otras como las reformas laborales ni siquiera fueron tramitadas. No solo eso, sino que en varias ocasiones la Asamblea buscó destituirlo, como ocurrió durante el paro indígena de 2022. Finalmente, el Parlamento entabló un juicio político no para escucharlo y juzgarlo con base a los elementos que configuran el delito de peculado, sino simplemente para destituirlo porque contaban con los votos. Contra las cuerdas, Lasso escogió la última carta de la baraja constitucional, disolvió a la Asamblea.

    Salvo los políticos enfrascados en el debate, los ciudadanos apoyan que se haya puesto un alto a tanto caos. Los problemas que golpean al común de las personas nada tienen que ver con la miopía de la mayoría de asambleístas empeñados en la obstrucción y el bloqueo, cuando el Ecuador tiene poderosos enemigos externos como el crimen organizado, las disidencias guerrilleras y la delincuencia extranjera llegada gracias a políticas de inmigración equivocadas. En esta guerra que nos afecta a todos, es imperioso una respuesta del Estado en su conjunto, que nunca la dio la Asamblea.

    Decisión difícil la del presidente Lasso que corre el riesgo de anticipar el fin de su mandato que era hasta 2025, y a la vez lo obliga a asumir un enorme desafío: en pocos meses debe aminorar el drama de la inseguridad, generar mejores condiciones para más empleo e inversión y enrumbar al país hacia mayor estabilidad. Sin embargo, en esta tarea debemos acompañarlo los ciudadanos para que el esfuerzo no sea en vano. En las próximas elecciones hay que saber elegir a los representantes a una función tan importante como la de legislar.

    Más leídas
     
    Lo más reciente