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Ópera bufa

martes, 12 septiembre 2023 - 15:54
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    España se coronó por primera vez campeón mundial de fútbol femenino. En la premiación, el presidente de la Federación de Fútbol Luis Rubiales, cual un machista trasnochado de siglos pasados, estampó un beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso. El beso es el centro de un debate en el fútbol a nivel mundial, pues se considera un abuso sexual, por el cual incluso se han iniciado varios procesos judiciales en contra de Rubiales. Desde todos los ámbitos, no solo en España, se exige la renuncia de Rubiales, quien pese a haber sido suspendido por la Fifa, arrogante sostiene que no lo hará.

    En Ecuador, hemos visto atónitos cómo el Consejo de la Judicatura, organismo encargado de vigilar el comportamiento de los jueces, ha destituido de la forma más burda al juez Walter Macías de la Corte Nacional que debía juzgar a dos vocales de dicho Consejo. La Judicatura lo hizo con el voto de dos de los cinco miembros, negando que en la sesión había cinco miembros, para justificar que existía mayoría. Ante este bochornoso hecho, que tiene carácter delictuoso por lo cual se ha iniciado un proceso penal por obstrucción de la justicia, el país exige la renuncia de los malhadados miembros, incluyendo su presidente Wilman Terán. El Pleno de la Corte, inclusive, ha retirado su respaldo al Consejo “porque no nos representa”, ha dicho su presidente Iván Saquicela. Sin embargo, al igual que Rubiales en España y pese a las evidencias públicas del deshonroso comportamiento, Terán se niega a renunciar y argumenta que se trata de una persecución “mediática”.

    En realidad, el presidente de la Judicatura ha estado en el ojo de la tormenta desde los inicios de su función, no solo por la forma vistosa y destemplada de sus actuaciones públicas, sino principalmente por la justificación de los actos de funcionarios que debían ser sancionados por sus acciones dolosas y además, por su encono para perseguir injustificadamente a otros, como la fiscal general Diana Salazar y el juez Macías, demostrando que la toga de juez le ha resultado inmensa y no debe permanecer en su cargo.

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