La tercera parte del Producto Interno Bruto Mundial se encuentra repartido en los paraísos fiscales en el mundo.
En la isla de Delos en el mar Egeo en el siglo II A.C., los romanos establecieron el primer paraíso fiscal. El régimen romano premiaba a ciudades que le eran fieles dándoles el estatuto de puertos libres de impuestos o libertas. De manera que el tema de los paraísos ligado al escándalo de los denominados Panama Papers, no es nuevo, pero siempre tuvo el mismo fin: evadir el pago de tributos.
Las primeras referencias al uso del término paraíso fiscal están en los años 50, aunque no es claro por qué y cómo se acuñó. La versión más aceptada es la de que se debe a un error de traducción del término inglés tax haven (refugio fiscal), cuando se confundió la palabra haven (refugio) con heaven (cielo o paraíso). Si bien el término usado actualmente fue acuñado en la mitad del siglo XX, las bases legales para implementar los paraísos fiscales, territorios cuya ley fiscal permite cero o muy bajos impuestos a fin de atraer clientes del extranjero, emergieron en el siglo XIX.
Los paraísos fiscales más antiguos de la era moderna son los estados de Delaware y New Jersey, en Estados Unidos, que datan de finales del siglo XIX; o en el caso suizo que instauró su ley contra la violación del secreto bancario en 1934. Hasta la década de los 60, las empresas que más comúnmente hacían uso de los paraísos fiscales eran las petroleras. Estas diseñaron un esquema operativo para evadir impuestos que también servía para pagar lo mínimo a los países de donde extraían el crudo.
Un gran número de refugios fiscales se siguen concentrando en las zonas del océano Índico y del mar Caribe. En la actualidad hay 36 paraísos fiscales por todo el mundo, entre ellos las islas Fiyi, Vanuatu, Cook o Salomón, en el Pacífico. Islas británicas como Jersey, Guernsey o Man; países europeos como Malta, Suiza, Mónaco o Luxemburgo; y países asiáticos como Hong Kong, Singapur, Omán, Jordania, Líbano o Emiratos Árabes Unidos. En Sudamérica, Centroamérica o África hay paraísos fiscales en Las Malvinas, Panamá, Trinidad y Tobago, San Vicente, Anguila, Antigua y Barbuda, Aruba y Jamaica, entre otros.
Cuando se escucha hablar de paraísos fiscales inmediatamente surge el nombre de la Islas Caimán. Según el ranking elaborado por Red por Justicia Fiscal, conocido como Financial Secrecy Index, las Islas Caimán son el quinto paraíso fiscal con activos bancarios estimados en 1,4 trillones de dólares (datos de junio de 2014); más de 11.000 fondos de inversión; 200 bancos y más de 140 compañías fiduciarias.
Según la Red por Justicia Fiscal: “Suiza es el padrino de los paraísos fiscales”. En septiembre de 2015, esa nación país alojaba 6,5 trillones de dólares en activos gestionados por otras firmas, de entre los cuales un 51 por ciento se originó en el extranjero.
Además, según datos de la ONG Intermon Oxfam, la tercera parte del Producto Interno Bruto Mundial se encuentra repartido en los paraísos fiscales en el mundo. Este dato es muy importante sobre todo para las regiones más pobres, ya que habría más de 90.000 millones de euros por recaudarse en impuestos.