Alfredo Pinoargote

Alineaciones

Aunque despertaba dudas, León Febres-Cordero ganó porque ofrecía un aroma de esperanza para salir de la crisis. Ahora sucede lo mismo con el banquero Guillermo Lasso.
 
Ha empezado la alineación y el balanceo para la carrera presidencial. Las alineaciones son similares a las de siempre y eso es lo normal. Lo importante es el balance que ahora nuevamente hay una vez que se esfumó la bonanza de mayor magnitud en la historia de la república. Esto significa que vuelve la ley de péndulo.
 
Siempre hubo alrededor de una decena de candidatos presidenciales, ahora habrá media docena. Esa multitud de candidatos, atizada por las reglas electorales, facilitó en las elecciones presidenciales 2009 y 2013 el triunfo en una sola vuelta de Rafael Correa. Algo inédito pero que igual hubiera ocurrido con dos candidatos.
 
Ahora el balanceo lo da el desinfle económico y el candidato invicto prefiere no correr porque su timón parece el de un carro loco. Habrá entonces uno o dos candidatos rotulados de izquierda o centroizquierda que en la coyuntura económica deberán contentarse con el porcentaje usual de lo que se considera izquierda de verdad. Es decir aquella que sale a las calles poniendo los heridos y los presos pero que no atina a proponer un plan de gobierno que convenza a la ciudadanía porque la vocación de la izquierda es la oposición, la denuncia, el ataque y la sospecha sistemática. Sospechan hasta de ellos mismos.
 
La crisis económica, similar a la que dejó la dictadura militar después de la primera bonanza petrolera, balancea el timón hacia la derecha como ocurrió en 1984 favoreciendo apretadamente a un empresario, León Febres- Cordero, que aunque despertaba dudas y suspicacias políticas ofrecía un aroma de esperanza para salir de la crisis. Ahora sucede lo mismo con un banquero, que al igual que el empresario dedica recursos y tiempo al objetivo de llegar a la presidencia de la república. Eso funciona. Y así como Febres-Cordero fue políticamente beneficiado por la desaparición de Assad Bucaram y Jaime Roldós ahora a Guillermo Lasso favorece la autoexclusión de Rafael Correa y Jaime Nebot.
 
En el caso de Jaime Nebot se lanzará a Cynthia, que está impedida de reelegirse como asambleísta, para que remolque las listas de asambleístas PSC/MG puesto que la separación de elecciones presidenciales y alcaldes descarta el voto cruzado Correa/Nebot que coronó a ambos en reelecciones plebiscitarias. El lanzamiento de Nebot al mismo tiempo que Lasso implicaría ejecutar la doctrina de la Destrucción Mutuamente Asegurada, pues ambos terminarían perdiendo.
 
Pero las cosas no son tan fáciles cuando hay que enfrentar a un candidato que representa una década inolvidable en la historia nacional. Que es el gran ausente en la fase decadente de la década porque se desempeña como embajador especial del secretario general de la ONU para los discapacitados. Lenín Moreno que con un talante diferente al de Correa podría captar al gran electorado flotante del centro que es el que decide. Su candidatura es un hecho y mientras más tarde llegue mejor para él si se termina de incinerar el hombre antorcha. Hay pelea.

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