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¿La empresa más eficiente?

lunes, 23 enero 2023 - 17:23
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    En política, una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad a los ojos de los ciudadanos. Este es el caso al asegurar que los costos de producción de la estatal Petroecuador (12 dólares/ barril) son menores que en los contratistas privados (30 dólares/barril en promedio). Si esta comparación fuese correcta, la conclusión lógica sería: ¿por qué el Estado pierde dinero contratando a privados cuando puede extraer ese crudo directamente y mucho más barato? En realidad, esta conclusión es totalmente errada porque se basa en comparar peras con manzanas... Expliquemos.

    La tarifa que cobra un contratista petrolero es por el desarrollo de un campo, mientras que el costo de Petroecuador es por el mantenimiento de un campo. No es lo mismo ni es igual... En otras palabras, las tarifas que cobran los contratistas privados hacen referencia al costo de inversión. La comparación correcta, sería comparar el costo de inversión privado con aquel de Petroecuador, pero esa información no está disponible. (Incluso el costo de mantenimiento de Petroecuador es cuestionable ya que ni siquiera tiene balances auditados).

    ¿Qué incluye el costo de inversión de los contratistas privados? Obras de infraestructura, proyectos de separación de agua, oleoductos, riesgo geológico, financiamiento, etc. Cada campo tiene características específicas (y por eso la variabilidad en las tarifas): algunos ya tienen facilidades construidas, otros requieren que sean reconstruidas por estar deterioradas, la facilidad para extraer el crudo no es uniforme, etc. Petroecuador paga a los contratistas privados por la producción incremental, es decir, solo si esta inversión es exitosa y el crudo puede ser vendido. El riesgo lo asume el contratista.

    Mientras que Petroecuador se regodea de tener un costo de mantenimiento de 12 dólares/barril, las instalaciones se desploman, el sistema eléctrico colapsa e incluso una lagartija provoca apagones masivos. El problema de Petroecuador es que gasta muy poco en mantenimiento de su infraestructura y así, está destruyendo capital. Basta de comparaciones antojadizas que solo buscan garantizar espacios de poder para quienes se benefician del estatismo que mantiene prisionero al petróleo ecuatoriano.

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