En Ecuador se usa innovación tecnológica para la desinfección de hospitales
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2022, el número infecciones hospitalarias creció a nivel global. Se estima que entre el 7 y 15 por ciento de los pacientes hospitalizados, dependiendo del país, la contrae y que uno de cada 10 muere, ahí la importancia de que las casas de salud manejen protocolos óptimos de sanitización.
Una empresa que se ha especializado en este segmento es Rubasa. La compañía realiza limpieza hospitalaria en las zonas de bajo, medio y alto riesgo, tales como consulta externa, emergencias, pre cirugía, quirófano y unidades de cuidados intensivos (UCI) siguiendo protocolos alineados a los organismos de salud locales e internacionales.
Para esta tarea utiliza además productos de desinfección acreditados y equipos de punta. Hace cinco años incorporó a su trabajo, tecnología robótica para quirófanos o UCI.
Su gerente general, Raúl Muñoz, comenta que en esta línea trabajan con dos tipos de robots que eliminan logarítmicamente los virus o bacterias: uno de rayos ultravioleta y el Sterisafe, este último emite ozono en niveles de hasta 80 PPM (partes por millón).
Lea también: La primera planta de gypsum de Ecuador opera en Durán
“Normalmente las bacterias o virus se pueden medir en Unidades Formadoras de Colonia (UFC), éstas indican cuán contaminada está un área, ahí es donde entra la desinfección robótica”, destaca Muñoz, quien explica además que esta tecnología se usa dependiendo de la situación, patología y la necesidad o urgencia con que se requiere un quirófano.
Por otro lado, el Sterisafe es un equipo que emite ozono a base de agua y electricidad; funciona en ciclos cortos, medios y altos dependiendo de la situación o estado de la sala. El ciclo corto se utiliza en trabajos de mantenimiento, el medio cuando hay sospecha de alguna patología y el alto cuando hay presencia de virus o bacterias.
Para su operación, el área a desinfectar debe ser sellada. Luego de llenarse la misma de ozono, el producto se mantiene durante el tiempo determinado por el ciclo establecido y posteriormente el mismo es convertido en oxígeno, dejando la sala lista para su utilización.
Rubasa ha invertido 375.000 dólares en la compra de cinco de estos robots, con esto la compañía busca garantizar a los hospitales, mayores estándares de calidad para el cuidado de sus pacientes.
