Las transacciones comerciales y legales han evolucionado con el uso de la firma electrónica. Esta es el equivalente a la rúbrica manuscrita, pero digital, y representa a una persona natural o jurídica. Esta tecnología basada en códigos cifrados ha simplificado los procesos al permitir firmar de forma remota y segura una serie de documentos, sin necesidad de un soporte físico o el traslado de las partes involucradas.
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En Ecuador, se reconoce el valor jurídico de esta desde 2002 con la promulgación de la Ley de Comercio Electrónico, Firmas Electrónicas y Mensajes de Datos. Esta legislación posicionó al país como uno de los pioneros en América Latina en adoptar un marco legal para su uso.
Alberto Sánchez, gerente de TI y Operaciones Ecuador de la Autoridad de Certificación Ecuador, ANF AC, asegura que, más allá del marco legal, la firma electrónica se ha convertido en un pilar clave para fortalecer la identidad digital en el país.
La compañía garantiza la interoperabilidad internacional de sus soluciones de firma electrónica al cumplir con los estándares técnicos y normativos establecidos por organismos como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el Instituto Europeo de Normas de Telecomunicación (ETSI) y el Reglamento eIDAS de la Unión Europea.
Para brindar seguridad técnica y jurídica, utiliza dispositivos cualificados de creación de firma certificados bajo estándares internacionales. La identificación del titular se realiza mediante validación biométrica facial y verificación documental.
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La demanda de estas soluciones ha crecido exponencialmente en los últimos cinco años en Ecuador, tanto en el sector público como en el privado. Actualmente, en el país existen 14 entidades autorizadas por la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) para emitir certificados de firma electrónica.
Elías Barzallo, CEO de Uanataca Ecuador, explica que este documento digital es válido en varios ámbitos: trámites gubernamentales, facturación, solicitudes de crédito, rúbrica de contratos, declaraciones juramentadas, autorizaciones o procesos bancarios.
La empresa ha desarrollado un portafolio de firmas ajustado a cada necesidad: en nube, en archivo, en token y One Shot (un solo uso). Sus servicios incluyen certificados digitales cualificados, sellado de tiempo y una API de integración para empresas que buscan automatizar sus procesos y mejorar su eficiencia operativa.
“Estas soluciones están pensadas para acompañar a personas, organizaciones y entidades públicas en su camino hacia la transformación digital. Cada firma electrónica pasa por procesos que incluyen: verificación de identidad segura con métodos biométricos o videoconferencia; autenticación multifactor; infraestructura PKI y cifrado de datos y el cumplimiento de normativas ecuatorianas y europeas (ETSI)”, asegura su CEO Elías Barzallo.
Con más de tres millones de firmas electrónicas emitidas hasta la fecha, Security Data también ha desarrollado una plataforma que garantiza una integración segura con diversos sistemas. Sus certificaciones ISO/IEC 27001 y WebTrust avalan la seguridad de la información y el cumplimiento de las mejores prácticas globales en servicios de certificación digital.
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Actualmente, Security Data ofrece firma electrónica en archivo digital para instalarse en distintos dispositivos; en token entregado en USB con un alto nivel de cifrado y DatAgree de un solo uso. Su app móvil permite además sellar documentos, con la misma seguridad y facilidad que en la versión web.
En Ecuador, la rúbrica digital tiene una validez de un mes a cinco años y sus costos pueden variar según el tipo y duración de la vigencia. En el caso de la firma en archivo, los valores parten de los 11,20 dólares y en token desde los 47 dólares.