De acuerdo con el Balance Energético Nacional (BEN) 2023 la demanda de energía en el país se incrementó en un 18,3% durante el período 2013-2023, pasando de 86 millones de Barriles Equivalentes de Petróleo (BEP) en el año 2013 a 102 millones de BEP en 2023. En ese sentido, el sector industrial representó el 16,6% de la demanda total de energía en el país.
Teniendo en cuenta esta necesidad y en el marco del Día Mundial de la Energía, conmemorado cada 14 de febrero, Natalia Rodríguez, directora Comercial de Tetra Pak Ecuador, indica que es esencial reflexionar acerca de las acciones que se puede promover desde la industria para procurar una mejor eficiencia energética.
“Sobre todo en el sector de alimentos que está sujeto a tiempos de abastecimiento más precisos y complejos para garantizar la conservación y producción de los alimentos, así como para evitar el desperdicio. Esta labor, sin duda, involucra a múltiples actores, y en el caso privado nos invita a implementar nuevas tecnologías y procesos que ayuden a reducir ese consumo de energía y aprovechar eficientemente los recursos”, señala Rodríguez.
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En esta línea, la ejecutiva comparte cinco maneras prácticas para reducir el consumo de energía en las operaciones de la industria de alimentos y bebidas:
Abordar el consumo de energía no solo implica ahorrar costos de inmediato, sino también fomentar la sostenibilidad en las operaciones. Por ejemplo, algunas líneas de producción de lácteos han reducido hasta un 41% su consumo de electricidad y un 25% su huella de carbono gracias a nuevas tecnologías de separación, estandarización, mezcla y tratamiento térmico.
Natalia Rodríguez indica que aprovechar el calor y la energía sobrantes en los procesos es una excelente manera de reducir el desperdicio. “Por ejemplo, el calor generado durante la pasteurización puede reutilizarse para precalentar otros productos. Esta práctica puede reducir el consumo energético hasta en un 55%, además de disminuir costos operativos” indica.
Antes de reemplazar equipos, muchas empresas pueden optimizar los que ya tienen. Soluciones simples, como agregar dispositivos que reduzcan el consumo de energía o modernizar sistemas antiguos, pueden marcar una gran diferencia. Por ejemplo, ajustar la velocidad de las bombas, según las necesidades reales de producción, puede ahorrar hasta un 20% de energía.
El ahorro de energía no se limita a equipos individuales; también se puede lograr a nivel general de la fábrica. Es importante invertir en energías renovables, como paneles solares o bombas de calor; esto puede ayudar a reducir el uso de combustibles tradicionales y las emisiones de CO₂. Estas soluciones no solo son sostenibles, sino que también pueden generar ahorros significativos a largo plazo.
La gestión continua del consumo de energía es clave para mantener las mejoras a lo largo del tiempo. Contar con sistemas que registren el uso de electricidad, agua y otros recursos en tiempo real ayuda a detectar áreas de mejora. Estos sistemas también permiten a las empresas tomar decisiones informadas y establecer metas claras de sostenibilidad.