Aunque parece una batalla desigual, estas mujeres impulsan proyectos que, a través del arte y la cultura, logran rescatar a niños y jóvenes en contextos marcados por la inseguridad.
En el primer censo, en 1950, sólo el 0,3% de mujeres estudió en la universidad. Mientras que 75 años después, más del 20% accedió a la educación de tercer y cuarto nivel.