Mala gestión del plástico continúa afectando al ecosistema marino
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que, de continuar esta tendencia, para el año 2050 podría haber más plásticos que peces en los océanos.
Los datos son alarmantes. Cada año —según datos de la ONU— se vierten en los océanos más de 11 millones de toneladas de plástico, poniendo en peligro la biodiversidad marina y la salud humana. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que, de continuar esta tendencia, para el año 2050 podría haber más plásticos que peces en los océanos.
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La contaminación plástica no solo se ha convertido en un problema ambiental, sino también económico y de salud pública.
En Ecuador, por ejemplo, la captura del cangrejo rojo en los manglares enfrenta dificultades por la presencia de estos residuos. Al ser ingeridos, provocan estrés, desórdenes fisiológicos y afectaciones a la reproducción de los crustáceos. Además, taponan sus guaridas, haciendo difícil que regresen a sus hogares para protegerse o anidar. Efectos que causan un gran impacto en la cadena productiva que hay alrededor de la especie, valorada en más de 100 millones de dólares.
Día Mundial de la Limpieza de Playas
Actualmente, el 60% de la basura que llega a las playas ecuatorianas está constituida por plástico, principalmente por botellas, tapas, sorbetes y fundas. Melissa Aguirre, gerente de asuntos corporativos de NIRSA, afirma que muchas veces se cree que la contaminación de las playas es un problema ajeno para quienes viven en la ciudad, pero la realidad es que todos somos responsables.
“El océano es fuente de vida, trabajo y bienestar para millones de personas. La basura que llega al mar no solo daña ecosistemas frágiles, sino que pone en riesgo nuestra seguridad alimentaria y la economía de las comunidades costeras”, menciona.
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Para generar conciencia sobre el efecto de los residuos de las ciudades en los ecosistemas marinos y, en el marco del Día Mundial de la Limpieza de Playas, NIRSA presentó su campaña 'Olas de cambio', la cual busca sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de una adecuada gestión de residuos urbanos y su impacto directo en la salud de los océanos y las playas.
Para invitar a las personas a reflexionar y modificar hábitos cotidianos, instaló sobre un camión una pecera que simula el fondo marino, donde se puede observar cómo los desechos arrojados en las calles pueden terminar en el océano. La muestra recorrerá puntos estratégicos de Guayaquil y Quito.