En su visita a Guayaquil, y durante y conversatorio con los medios, el presidente Rafael Correa advertió el martes sobre nacionalizar las clínicas privadas.
Sobre esto, ya hay las primeras reacciones. En total, 509 clínicas privadas en el país reciben desde el 2010, a los pacientes del Seguro Social, por la falta de especialistas y la escacez de camas en los hospitales del IESS. Sin embargo, en los últimos meses, algunas de las casas de salud particulares se reservan el derecho de recibir a los afiliados.
Roberto Gilbert, propietario de la Clínica Guayaquil, argumenta por qué algunas clínicas evitan dar atención a los afiliados. “Si alguna vez se ha negado camas otras clínicas es por dos razones: porque no tenían camas para el Seguro Social o porque estaban totalmente atrasados en los pagos por parte del IESS”.
Según los dueños de varias clínicas, que evitaron dar declaraciones, los pagos por parte del IESS demoran entre seis y ocho meses, incluso algunos sostienen que todavía no se les cancelan las planillas del 2012 y 2013.
A criterio de Gilbert, el retraso se debe a los procesos burocráticos y continuos cambios en las directivas del hospital Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil. “Nacionalizar una que otra clínica no sería malo ante la situación deficitaria, de repente le será mejor a ese grupo de accionistas o a ese grupo de dueños de clínicas que el Estado las lleve a su regazo, pero cómo las va a mantener si las propias casas de ellos tienen problemas y por eso ha buscado otras casas como las nuestras”.
Más allá de que haya una nacionalización de las clínicas privadas, Gilbert considera que el IESS debería auditar el trabajo que realizan las casas de salud, y si no cumplen con lo establecido deberían dejar de trabajar con esas clínicas.
Según algunos afiliados, ellos escogen ser atendidos en un centro de salud privado por la calidad en el servicio.