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María Fernanda Ampuero: el origen del terror plasmado en sus libros

miércoles, 2 febrero 2022 - 16:33
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María Fernanda Ampuero es docente, periodista y escritora. Sus dos últimos libros fueron récord en ventas. “Funcionan como un disparo a quemarropa. Después de haber terminado su lectura los nervios quedan impregnados de pólvora y tiemblan del impacto”, relata.

Creció en la década de los 90 en el barrio de Los Esteros en el sur de Guayaquil. Era una niña muy educada, silenciosa e introspectiva. “Nunca me sentí frágil”, asevera con una sonrisa.

“Con mi hermano nos sentábamos rectos. Mi padre era duro y algo machista, con una mirada nos callaba”, recuerda la hija del hombre de guayabera que soñaba con ser un afamado doctor y que tuvo que conformarse con la profesión de visitador médico.

María Fernanda nunca fue la elegida, en su casa fue su hermano mayor quien recibió toda la ilusión para que tuviera las herramientas para triunfar. A Mafer solo le quedaba el deber de ser una mujer del hogar y casarse bien.

Desde niña se sintió desclasada. “Gracias al esfuerzo de nuestros padres estudiamos en colegios top pero no pertenecíamos al círculo de los herederos. Mi crecimiento fue brutal en medio de una violencia social donde era la eterna outsider”.

$!Tengo una sensibilidad especial desde niña. Esa empatía tan bestial tiene que ver con la lectura. Con los libros empatizas con seres imaginarios y si tienes los ojos abiertos no puedes dejar de ser furiosa”, sentencia la escritora. Foto: Editorial Páginas de Espuma

En cuanto a su pasión por la escritura, no la heredó de nadie; fue el resultado de su pasión por la lectura inmersa en la década de la gran saga de los personajes de terror. En el cine se podía ver Halloween, Mad Max o Poltergeist y en la literatura Stephen King cogía la posta de María Shelley y Edgar Allan Poe.

Recuerda “El fantasma de Canterville” de Oscar Wilde y para ella fue una revolución interior. “Por primera vez el fantasma que tenía que dar miedo era patético, viejo y dejaba de ser importante. Era como el fin de una era”.

ESCRIBIR Y ENSEÑAR

Desde los 9 años comenzó a escribir rodeada de libros, películas, música y de un padre estricto, cuya muerte ocurrida en 2014 la liberó para escribir en el género del terror.

En 2005, María Fernanda viajó a España donde está radicada hasta ahora. Estuvo también en México y Argentina. Hace diez años publica libros y más de veinte que se perfeccionan en las crónicas periodísticas teniendo el tema de la migración como eje principal.

En 2018 publicó “Pelea de gallos”, su primer libro de cuentos elegido como uno de los 10 mejores libros de ficción del año en un artículo de The New York Times. En esta obra se dio a conocer al mundo y el éxito fue bárbaro (alcanzando diez ediciones y traducciones en distintos idiomas).

$!María Fernanda Ampuero: el origen del terror plasmado en sus libros

Ampuero reveló una escritura cruda y salvaje ahondando en la violencia del machismo, la desigualdad y el abuso. En cada línea salpica el terror hasta crear un malestar al lector.

En “Sacrificios humanos” aprovechó algunos meses de la pandemia que la tuvieron recluida en Quito para construir doce relatos sobre mujeres migrantes, adolescentes maltratadas o femicidio. Se adivina episodios biográficos en el mapa de las injusticias. Hay relatos en forma de diálogos, otros narrados en infinitivos.

Las frases son limpias y breves, todos los personajes son rotos y dejan de ser invisibles gracias a la pluma de María Fernanda. “Sostener este nivel de tensión no se puede obtener en un relato largo. Siento que el género del cuento necesita esa ansiedad, ese ´pasarlo mal´. Me gusta que el lector lo pase mal”, explica la autora quien deja muchos de sus miedos en sus libros.

Al terminar la entrevista me sorprende el contraste entre el ser jovial y transparente que representa María Fernanda y las escenas terroríficas que escribe.

Nunca pensé que iba a ser una de las mejores escritoras de mi generación y que con eso iba a pagar la renta, eso no le pasa a una chica de clase media del sur de Guayaquil” acota con una gran sonrisa. “Escribo desde mi descontento con el mundo. La buena literatura solo sale desde la furia, la agonía, es lo que significa ser vivo”.

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