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Guadalupe Durán, la primera mujer a la cabeza de Yanbal Ecuador

Hasta hace pocos meses, cuando Guadalupe Durán estaba en Seattle (EE.UU.) enfocada en el proceso de transición digital de varias empresas a través de Accenture, el integrador de soluciones con el que trabaja la multinacional Microsoft, la preocupación por su aspecto físico no estaba entre las prioridades de la jornada laboral; era un mundo más masculino, donde los desarrolladores, cuenta, llevaban short y chancletas sin ninguna vergüenza.
 
Durán llevaba 16 años dentro de esta compañía y había pasado por la gerencia general en Ecuador, por distintas posiciones en América Latina, la región Asia-Pacífico y EE.UU., y sus mellizos, que nacieron cuando su carrera profesional despegaba, estaban entrando a la adolescencia. 
 
Con su esposo decidieron que era momento de acercarse geográficamente a la familia y empezaron a buscar espacios laborales en Miami, desde donde muchas multinacionales manejan sus operaciones en América Latina.
 
Desde la empresa prevén un crecimiento del 10% en 2019. Planean la mudanza de su planta de producción a la parroquia Alóag, cerca del sur de Quito.
 
Fue entonces cuando la ejecutiva ecuatoriana recibió una llamada desde PC Recruiting, una empresa cazatalentos que buscaba un profesional para una posición gerencial en Ecuador. Durán no sabía de qué organización se trataba, competía en el proceso con cuatro hombres y puso como única condición que la actividad de la compañía debía tener, de algún modo, impacto en la sociedad.
 
Cuando sus reclutadores le informaron que se trataba de la gerencia general de Yanbal, en reemplazo del peruano Carlos Gallegos, Durán pensó que la oportunidad cumplía de sobra su exigencia: “soy pro mujer y (el modelo de negocio) me ayudaría a generar impacto en el emprendimiento local que es lo que necesita nuestro país”. 
 
Luego de reunirse con quienes serían sus jefes directos y con dos miembros de la familia Belmont –peruana y fundadora de la marca hace más de 50 años–, la ejecutiva se convirtió en la primera mujer (y además ecuatoriana) al frente de Yanbal y de la red de 150.000 mujeres involucradas en la venta directa de los productos de belleza y bisutería en el país. Un negocio que en 2017 generó más de US$ 171 millones en ingresos y casi US$ 12 millones en utilidades lo que equivale a 6% y a 115% más –respectivamente– en relación al 2016. 
 
Clave para tomar la decisión y dar un giro de 180 grados desde el mundo de la tecnología al ecosistema Yanbal fue la empatía que Guadalupe Durán generó con Janine Belmont, presidenta de la compañía a nivel internacional. “Es gente que tiene un compromiso con la sociedad (…) quieren ver a la mujer como dueña de su propia vida y creando su propio futuro y el de sus familias”. 
 
Desde la otra cara de la moneda: ¿por qué Yanbal se enamoró de Durán? La gerenta cree que las razones están justamente en el sector del que proviene, tan distinto del relacionado con la belleza, pero crucial para un negocio con la visión correcta. Ambas partes salían entonces ganando. 
 
Karina Pérez es coordinadora de Marketing en la línea de soluciones para empresas en Microsoft Ecuador y trabajó con Guadalupe; cree que su estilo de liderazgo se caracteriza por el trabajo en equipo, el enfoque en resultados y una sensibilidad hacia las necesidades de sus colaboradores. 
 
Ya instalada en su oficina, en pleno centro financiero y comercial de Quito, Durán tiene claros no solo los objetivos que acordó con la alta dirección del grupo empresarial, sino el sello personal que le imprimirá a su gestión. 
 
Tiene sobre su escritorio unas dos decenas de collares y joyas, muchas de ellas fabricadas por Yanbal; antes de la entrevista con AméricaEconomía, se ha probado emocionada cuál combina mejor con su ropa y su maquillaje. 
 
Justamente, recuerda Durán, “una de las cosas que los directivos me preguntaron, es cómo me sentía abrazando, besando, parándome en una tarima; para ellos es importante que no se pierda esa emoción que está atada al tipo de negocio”, y claro, las cifras importan. La corporación espera que la ejecutiva ecuatoriana mantenga un  negocio sano en ventas y utilidades; “yo vengo de un mundo de crecimientos de doble y hasta triple dígito y entonces mi meta será esa, pero hemos conversado con la empresa y en Ecuador solo crecerá entre 1% y 1,4% en 2019”. 
 
En tanto, su marca como profesional estará nutrida de su experiencia: pondrá un fuerte énfasis en el tema tecnológico para que Yanbal alcance su transformación digital en un lapso de tres años. 
 
Temas como el ‘big data’ y la inteligencia artificial están en la mente de Durán. Yanbal ya tiene habilitado un chatbot para resolver de manera más rápida las necesidades de las emprendedoras. 
 
El paso siguiente es la implementación de una ‘app’ para la base de la pirámide y, luego, la posibilidad del e-commerce en una interacción tripartita entre la consultora, el cliente final y la compañía. 
 
“La tecnología bien implementada –afirma Guadalupe Durán– genera impacto positivo de manera más rápida (…) puedes entender mejor a tu cliente, agregar más valor y por ende incrementar tus ventas”.  
 
Es precisamente esta visión tecnológica la que puede marcar un diferenciador dentro del sector de venta directa, comenta Xavier Granja, gerente Legal de la empresa. “Ecuador es un país –dice– que no tiene completamente desarrollado el tema tecnológico, hay mucho potencial, y una de las expectativas de la corporación es poder transitar hacia esa transformación”. 
 
A corto plazo, la gestión de Durán incluye además la mudanza de la planta de producción de Yanbal Ecuador desde el sector de Carcelén (al norte de Quito) hasta la parroquia de Alóag, en el cantón Mejía, muy cerca de la salida sur de la Capital. Ocurrirá en el próximo año y medio; la fábrica se ubicará junto al actual centro de distribución para modernizarse, operar fuera de una zona urbana y lograr ahorros al reducir el costo en transporte.
 
“Me siento como pez en el agua”, afirma Durán casi al finalizar la entrevista; minutos después, fuera de grabación, admite que se esfuerza por darle más importancia que antes a su maquillaje, a su ropa o a su peinado. Se ha puesto nuevas botas en una industria donde la mujer aporta un mejor entendimiento del producto y del modelo de negocio. 
 
Igualar el liderazgo y la reputación de Robert Watson, el primer gerente general de Yanbal Ecuador y “quien convirtió a la compañía en lo que es ahora”, no le añade presión a la ejecutiva; “el mundo cambió, antes era más fácil vender y ahora es más competitivo”. No siento ese peso, resalta, “sería victimizarme y yo soy líder de mi futuro y del futuro de Yanbal. 
 
 

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