Nacional

Expansión regional

miércoles, 16 noviembre 2016 - 06:19
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Ya sea por la adquisición de empresas locales tradicionales o por la instalación de subsidiarias, las multinacionales latinoamericanas, al igual que los grupos económicos de países europeos, norteamericanos o asiáticos, también imponen presencia en Ecuador.

En el ranking 2016 de Multilatinas de la revista AméricaEconomía, donde aparecen 100 empresas de la región, 36 de éstas son accionistas totales o parciales de 51 compañías con operaciones en Ecuador. La mayoría de estos capitales provienen de México, Chile, Colombia, Perú y Argentina.

De este grupo destacan las mexicanas América Móvil, propietaria de Conecel (Claro), y Arca Continental, dueña de las subsidiarias Arca Continental y Bebidas Arcacontinental Ecuador, y de las ecuatorianas Industrial de Gaseosas, Inalecsa y Holding Tonicorp. Entre ambos grupos económicos facturaron, en 2015, por encima de los 2.800 millones de dólares.

Este monto representa el 53 por ciento de los ingresos que generaron, en total, las 51 empresas, donde también aparecen otras que pertenecen a regionales como Mexichem, Latam, Gruma (dueña en Ecuador de Incopalmito) y Avianca-Taca.

La facturación, en conjunto, supera los 5.000 millones de dólares, y las ganancias de estas empresas se situaron por encima de los 300 millones. Según el análisis ‘Factores claves para la regionalización en América Latina’, elaborado por la firma Deloitte, entre las características esenciales que tienen las multilatinas destacan el liderazgo en el mercado local, con estrategias competitivas. Este es el caso de Conecel (Claro), segunda empresa privada con más ingresos del país y la primera del sector de Telecomunicaciones. Su colíder (que es una empresa estatal) facturó 600 millones de dólares menos el año pasado.

Para Pilar Vargas, gerenta de Relaciones Públicas y Corporativas de la compañía, la creación de sinergias con las empresas del grupo América Móvil, a la que pertenecen, es parte de los factores relevantes de corresponder a una multinacional regional. “La transferencia de tecnología y conocimiento, a través de espacios de capacitación impulsados por la Fundación Carlos Slim (        ubicada en México), y el uso de plataformas y sistemas financieros unificados, que nos permiten la homologación y conexión como región”, agrega, también son diferenciales.

Conecel no nació del vientre de la multinacional mexicana, ya que se constituyó a inicios de 1993 con el nombre comercial de Porta. Sin embargo, siete años después pasó a formar parte del grupo de Slim, y en 2011 cambió su nombre comercial a Claro, alineándose a la imagen regional.

Este cambio de nombre no ha pasado, al menos hasta ahora, en las empresas que el grupo Arca Continental adquirió en Ecuador. Uno de ellos es el Holding Tonicorp (formado por las ecuatorianas Plásticos Ecuatorianos, Distribuidora Importadora Dipor, Industrias Lácteas Toni y Heladosa), por ejemplo, adquirido en 400 millones de dólares por la mexicana Arca Continental (junto a The Coca-Cola Company), luego de que en 2014 la Superintendencia de Control de Poder del Mercado autorizó su venta. Sin embargo, José Luis Vivar, director financiero del Holding Tonicorp, reconoce que la visión del negocio se alineó a los valores corporativos del grupo. “Ser parte de una multinacional regional ofrece varios beneficios (…) como una mejora de nuestra eficiencia por la estandarización de procesos”.

Agrega que, además, aumentaron la capacidad de innovación para el desarrollo de otros productos, e iniciaron una fuerte inversión en infraestructura. Por ejemplo, 100 millones de dólares en una nueva planta denominada “La Aurora”.

Poco conocida En el reporte ‘Factores claves para la regionalización en América Latina’, de Deloitte, se señala que las multilatinas tienden a expandirse internacionalmente a través de un crecimiento inorgánico. Es decir, ingresan a nuevos mercados principalmente a través de adquisiciones. Esto ha sucedido, por ejemplo, con Fábrica Juris, Elaborados Cárnicos Ecarni (Don Diego) y Duragas. Las tres compañías fueron compra das, en los últimos dos años, por grupos empresariales de origen mexicano y chileno.

Las dos primeras, tradicionales ecuatorianas dedicadas a la producción de embutidos, fueron adquiridas por la multinacional mexicana Sigma Alimentos, que facturó globalmente en 2015 más de 5.400 millones de dólares (60 por ciento corresponden a operaciones en el extranjero). Mientras Duragas, con ventas en Ecuador de 100 millones de dólares en 2015, fue adquirida en mayo pasado por la chilena Empresas Copec, con negocios en distribución de combustibles y lubricantes. El acuerdo de compra, según su portal web, fue por 33 millones de dólares.

Esta situación, de cambio de dueños, ya la vivieron años atrás los empleados de la firma Mexichem Ecuador, que en su momento fue fundada como Productos Latinoamericanos. Hoy es una de las subsidiarias del grupo petroquímico mexicano que lleva el mismo nombre y que factura globalmente 5.700 millones de dólares; sus negocios en el extranjero representan el 80 por ciento de esos ingresos.

La cercanía de la matriz y el resto de operaciones en otros países de la región permiten que la corporación reaccione ante las necesidades de la planta en Ecuador. Por eso, explica Carlos Alaña, gerente País de la compañía, en la última década la inversión anual ronda los 10 millones de dólares. “Si no inviertes, no puedes alcanzar en el futuro los retornos que te piden”, señala.

Alimentos, Petróleo, Bebidas y Transporte Aéreo son los cuatro sectores con mayor presencia Multilatina del listado de 51 compañías identificadas. En este último sector, por ejemplo, tres de las cinco empresas con más ingresos pertenecen a multinacionales regionales: Aerolane (Latam), Compañía Panameña de Aviación (Copa Airlines), y Aerogal (Avianca-Taca). Éstas representaron el 40 por ciento de los ingresos de ese sector, según Las 500 Mayores Empresas, de revista Vistazo.

La primera aerolínea privada del país, que hasta este año mantenía su nombre como LAN, actualmente ya cuenta con la identidad corporativa regional bajo Latam Airlines. “Ser parte de la corporación nos permite tener una operación eficiente y sustentable en el país, con acceso a tecnología que también es compartida con la industria aeronáutica nacional”, señala un vocero de la empresa.

Uno de estos casos, explica, es el sistema de monitoreo ambiental conocido como TOPAS, en la que invirtieron localmente alrededor de 30 mil dólares. Estos equipos miden las concentraciones de partí- cula de ceniza e indican el resultado de la contaminación ambiental. “Con el apoyo de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) se instalaron en los aeropuertos de Guayaquil y Quito, y los reportes están disponibles para ser revisados e interpretados para toda la industria aérea”.

Beneficios que en Aerogal (razón social de Avianca que aún se usa en la Superintendencia de Compañías), por ejemplo, destacan en temas de fidelización de clientes. “La aerolínea se sumó al programa de viajero frecuente de la corporación, denominado LifeMiles, que sirve para canjear millas por boletos aéreos o productos”, dice Julio Gamero, vicepresidente de Avianca en Ecuador. Adicionalmente, ingresó a la red Star Alliance, que incorpora a 28 aerolíneas del mundo.

Bajo este esquema, la empresa de transporte aéreo permite conectar a sus pasajeros a más de 1.000 destinos a nivel mundial. “Junto al cambio de marca, además, vinieron las homologaciones de sistemas de áreas claves como despacho, mantenimiento, ventas, entre otros”, puntualiza. Adaptación de procesos que son característicos en todas las multinacionales, pero que en las de origen latino pretenden maximizarlos por el idioma y por las similitudes de la idiosincrasia de los mercados. No en vano Perú y Chile son dos de los cuatro países con mayor Inversión Extranjera Directa (IED) en Ecuador.

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