China presentó oficialmente este 1 de octubre su nueva visa K, un mecanismo diseñado para facilitar la llegada de profesionales extranjeros especializados en ciencia y tecnología. La iniciativa busca reforzar la posición del gigante asiático como un territorio de innovación global.
El programa, anunciado inicialmente en agosto, ofrece condiciones más flexibles que otros tipos de permisos. De acuerdo con la agencia oficial Xinhua, la visa K permitirá a sus titulares mayor comodidad en aspectos como el número de entradas, la duración de la estancia y el período de validez.
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A diferencia de categorías tradicionales, este visado no exige que el solicitante cuente con una invitación de un empleador o institución local, lo que supone un incentivo adicional para profesionales que buscan movilidad internacional. Sin embargo, aún no se han definido con claridad los requisitos exactos en cuanto a edad, formación académica o experiencia laboral.
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La medida contrasta con las recientes decisiones del gobierno estadounidense. En septiembre, la administración de Donald Trump implementó cambios drásticos a la visa H-1B, ampliamente utilizada en la industria tecnológica, imponiendo costos que pueden alcanzar hasta los USD 100.000, lo que ha generado incertidumbre en el sector.