Su nombre sorprendió a la mayoría de ecuatorianos, cuando el pasado 6 de diciembre, el presidente Lenín Moreno lo incluyera en la terna de la que saldría el segundo mandatario que trabajaría a su lado.
Incluso, ni él mismo imaginó que a sus 35 años estaría participando en el ámbito político -no era algo que estaba dentro de sus planes por ahora- por lo que asegura que le tomó “completamente” por sorpresa la noticia. Ahora, menos de una semana después, la mayoría legislativa lo respaldó, y hoy se convierte en el tercer vicepresidente del gobierno morenista.
Aunque sus apellidos ‘Sonnenholzner Sper’ sean de origen alemán y libanés- y que uno de ellos resulte complicado de pronunciar- el nuevo vicepresidente es guayaquileño, y es conocido en el medio por haber ocupado, hasta hace poco, el cargo de gerente general en Radio Tropicana, donde contaba con un espacio de entrevistas, en el que según él afirma, “hacía política todos los días desde la ciudadanía, como comunicador”.
Otto Sonnenholzner cuenta que conoció a Moreno hace años, “cuando yo era presidente de AER (Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión), y pues él nos abrió las puertas para defender la libertad de expresión, en el año 2011-2012, ahí recién nos conocimos, y después en entrevistas. Yo lo conozco y todo pero, digamos, no esperaba que me haga esa llamada, no estaba en mi mente que me haga esa llamada”.
Al ser consultado sobre sus metas en el cargo de Vicepresidente, solo responde que “va a servir (al país) y a hacerlo bien”. Además, considera que el camino de la conciliación es uno de los mayores retos en este gobierno, para encontrar una ruta y así conseguir un objetivo que es el de todos: “el bienestar y la equidad”. “El país necesita eso, entender que si no empujamos todos la carreta en el mismo sentido no vamos a ninguna parte”, manifestó.
Por otra parte, Sonnenholzner no se considera un hombre apegado a alguna tendencia política. “Yo más que en ideologías creo en conceptos, yo creo en la justicia, en la equidad y en la libertad. Si usted quiere categorizar esos tres conceptos en alguna ideología, hágalo libremente, yo creo en esas tres cosas”.
Tras lo acontecido con María Alejandra Vicuña, quien presentó su renuncia al cargo de vicepresidenta, en medio de una indagación por supuestos cobros indebidos cuando era asambleísta, el segundo mandatario confiesa que no existe algún hecho en su pasado que pudiera en algún momento jugarle en contra. Sin embargo, resalta que “en la política siempre hay mala fe. Yo sé en lo que meto y cada uno tiene que dejar pasar las críticas de por dónde vienen y de qué se trata. Yo voy a actuar de buena fe, con honestidad, con honradez, y en ese sentido, todo debería de ir bien”.
Una de sus compañeras de trabajo, María Fernanda Perrone, quien es locutora de radio y hace más de 8 años comparte con él un programa de entrevistas llamado ‘Las Mañanas de Tropicana’, dice que “como persona es casi igual como jefe: solidario, muy humano, disciplinado, estricto, confía mucho en su gente, y es muy comprensivo con los problemas personales.
A criterio de Perrone, lo que él hace es acción política y no acción partidista. “Yo siempre pensé que era el candidato para ser presidente de la República, un vicepresidente o un alcalde, porque reúne los requisitos. Se interesa por la gente y es un hombre súper preparado”, dice.
Además, destaca que “lo más chévere” es que si él no sabe algo, “no tiene problema en admitir que no lo conoce, o sea no importa, dice ok yo no lo sé, me voy a preparar o me voy a formar en esto”.
Lo describe como alguien que puede parecer “muy parco”, o que no suele ser expresivo. “Sacarle una risa a Otto era al principio muy difícil, ahora es una persona que se ríe más, o que se abre más”, cuenta.
A principios de la década fue presidente de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusores (AER), capítulo Guayas, desde donde fue crítico de la Ley de Comunicación. Con 35 años y un título de economista, Otto Sonnenholzner está casado con Claudia Salem con quien tiene tres hijos. Según él, ella ha sido su mayor apoyo en este nuevo rumbo.
El ceviche es una de sus comidas favoritas, y entre sus pasatiempos menciona que le gusta hacer deporte, llevar a su hijo al fútbol, y estar con su familia. Los fines de semana los dedica a su familia, “y ojalá eso no cambie demasiado”, concluye.